Por Ovidio López
ISLA MUJERES, 12 de mayo.- Se suscitó un desprendimiento de una gran roca por los acantilados de la parte sur de Isla Mujeres, hace unos días, un proceso de erosión que avanza a pasos agigantados en toda esta parte, lo cual genera inquietud por el riesgo que representa ante la presencia del turismo ahí.
La caída de esta roca preocupó a la gente local porque este problema ya pone en riesgo algunos tramos de la vialidad perimetral, un fuerte huracán como “Wilma” en 2005, podría acelerar más deterioro como llegó a “comer” carretera el huracán “Gilberto” en 1988.
Ciertamente, señalan vecinos, el adelgazamiento de la isla avanzó con mayor celeridad durante este lapso de poderosos meteoros que ha afectado la región, ha puesto en peligro gran tramo lo que es el andador del malecón Caribe, según el avance de la erosión que advirtiera Desarrollo Urbano hace siete años, cuando se le negó construir más de dos niveles de lo que hoy es el inmueble de hospedaje Isla 33, proyecto que finalmente se duplicó el nivel.
Con esa edificación, podría acelerar la erosión, además que dicho inmueble construyó un sótano para estacionamiento, coinciden exfuncionarios municipales. La edificación solo dista 15 metros en la parte más corta con el acantilado, la vialidad cruza en medio. Una parte de la banqueta está en riesgo de caer al precipicio de 10 metros, según se ha podido constatar.
Las caídas de rocas continuarán por efecto de vientos o bien por vibraciones de grandes camiones que entran y salen de Isla Mujeres, especialmente los dedicados a las construcciones, abasto de insumos de la industria turística.
Mientras tanto, no hay ningún plan de reforzamiento de esos acantilados, a pesar de un bosquejo de un plan de esa naturaleza en el extremo sur de Isla Mujeres cuando Grupo Xcaret reforzó la parte donde se ubica el adoratorio de la diosa Ixchel en 1998.