Por Olivia Vázquez
Bodas, lunamieleros y romance son los segmentos que se han visto más impactados por el efecto del sargazo que ha venido arribando a la región de manera masiva en los últimos dos años. Así lo reconocen prestadores de servicios turísticos quienes refieren que muchos hoteles han perdido contratos o eventos, esto derivado de que no hay una garantía de que la playa estará en óptimas condiciones cuando se realice la boda o el encuentro familiar.
Prestadores que atienden este mercado de consumo, refieren que si bien la industria venía creciendo a ritmos del 15 y 20% cada año, con la inversión que han hecho muchos de los grandes desarrollos para atender estos segmentos de viajes de bodas, lunamieleros e incluso mercado de incentivos, a partir de este año, el mercado ha mostrado cierta resistencia a cerrar los contratos porque para una pareja que busca celebrar su boda o su evento importante, no le es atractivo que justo los días de su celebración la playa esté llena de sargazo y se tenga un olor desagradable.
El turismo de bodas y romance le representa a muchos hoteles hasta el 10% de su ocupación anual, pues cada evento de este tipo puede traer al destino de 20 y hasta 100 personas que acuden a la celebración y que general al menos tres a cinco noches de ocupación en el desarrollo.
Hay hoteles que han desarrollado en el corredor turístico recintos especiales como capillas, salones, corredores y jardines destinados a este tipo de eventos, así como se tienen toda la infraestructura para montar en plena playa un evento para más de 500 personas, sin embargo este tipo de eventos ha venido mostrando un freno en la reservación a raíz de los problemas que se han dado por el tema del sargazo.
El segmento que tiene mayor presencia en el mercado durante el otoño, pero también en los meses de febrero a mayo, se trata de incentivar ofreciendo otras alternativas para la pareja, como algunos hoteles que están ofreciendo noches adicionales a la familia para que concrete el evento o se les está ofreciendo música en vivo, espectáculo y otro tipo de incentivo para evitar perder el mercado que para Cancún y la Riviera Maya ha sido un gran aportador.
De acuerdo a estadísticas de la Secretaría de Turismo Estatal, estos segmentos llegan a representar más del 11% del flujo turístico total de visitantes en los destinos, pero para algunos hoteles de Cancún, Tulum, Puerto Morelos y la Riviera Maya, las bodas y lunamieleros, es un segmento que en algunas temporadas les representa hasta el 30% de su ocupación total, lo que permite sostener empleo y mover la economía local, pues este tipo de eventos reactiva y dispersa la derrama económica con la contratación de florerías, bufetes especiales, adornos y demás que requiere la ceremonia y que se adquieren en los negocios instalados en estas ciudades turísticas.