Quintana Roo

Narco-aeródromo

De la Redacción

 

BEL HA, CALAKMUL, CAMPECHE, 27 de junio.- Un narcoaeródromo fue ubicado en el norte del municipio Calakmul, estado de Campeche, en donde se recibían hasta cuatro vuelos semanales que trasladaban cerca de 2 toneladas de droga provenientes de Colombia y Venezuela, en Sudamérica.

Camuflados en la selva campechana, integrantes del crimen organizado habían consolidado un campamento que operaba una pista de aterrizaje en el lecho seco de la laguna La Valeriana, ubicada a cinco kilómetros lineales del poblado Bel Ha, hacia el oriente.

Este nuevo hallazgo realizado por el Ejército Mexicano, el pasado martes en la madrugada, revela la importancia de la zona limítrofe entre Campeche y Quintana Roo para recibir cuantiosos cargamentos de droga, solapada por las autoridades y corporaciones de los tres niveles de gobierno.

En el lugar se recibían al menos cuatro aeronaves a la semana, cargadas con aproximadamente 2 toneladas de droga. Esta ocasión, una narcoavioneta Cessna fue quemada en el lugar, presuntamente por la cercanía de las Fuerzas Armadas y la premura de los pilotos y sus secuaces por escapar.

A 50 metros de la pista clandestina estaba el campamento de los narcotraficantes, a orillas de la selva que rodea lo que alguna vez fue una gran laguna y que ahora ha sido desecada por el severo estiaje que azota al municipio de Calakmul, Campeche.

El narcocampamento se encuentra en las coordenadas 18 grados 54 minutos 46.9 segundos latitud Norte y 89 grados 16 minutos 46.5 segundos latitud Oeste, a 5 kilómetros lineales del poblado Bel Ha, municipio de Calakmul, Campeche, y a 14 kilómetros lineales de los límites entre Campeche y Quintana Roo.

En este lugar los narcotraficantes quemaron la avioneta Cessna que el Ejército Mexicano encontró el martes, al mismo tiempo que prendieron fuego a las orillas del campamento para destruir evidencias de su estancia y operación, aunque no todo quedó destruido, pues cerca de los restos de la nave todavía se encontraba un costal de los que utilizan para el traslado de los cargamentos de cocaína.

El lugar está cubierto por las copas de árboles de aproximadamente 15 metros de altura, teniendo un área aproximadamente de 20 por 20 metros, donde se pudo observar que sus herramientas y contenedores pudieron estar ubicados en el perímetro de este “hangar” natural.

 

Pista en terreno llano 

Durante los ochos meses que ha durado la temporada de sequía en las comunidades del municipio Calakmul, Campeche, este narcoaeródromo estuvo totalmente activo; pero en esta semana algo les falló y no tuvieron otra alternativa que destruir la aeronave, se llevaron la droga, y antes de abandonarlo, quemaron las evidencias.

La narcopista construida sobre el lecho lagunar seco tiene aproximadamente mil 500 metros de longitud y alrededor de 10 metros de ancho, lo que se presta para realizar las actividades de aterrizaje y trasiego de la droga sin dificultad alguna, puesto que en donde alguna vez hubo agua ahora sólo hay pasto, sin ningún arbusto que estorbe las maniobras.

La pista se encuentra en óptimas condiciones para bajar y subir narcoavionetas durante la mañana, tarde o noche, pues el lecho lagunar seco fue compactado aparentemente con tractores, además de que el suelo es totalmente llano, pues el lugar se encuentra en un valle entre las montañas del estado de Campeche.

Es también un sitio aislado y de difícil acceso por un camino que han controlado los narcotraficantes,  sobre todo durante la temporada de seca, condiciones que les han permitido operar sin problemas.

Paralelo a la pista clandestina, se encuentra un camino y zonas trilladas por los rastros de neumáticos de narcoavionetas y de vehículos todoterreno que ingresaban para el transporte de droga y combustible.

Por sus condiciones, esta pista clandestina se convirtió en todo un narcoaeródromo de fácil uso para los pilotos de aeronaves, sobre todo las tipo Cessna, que están muy bien entrenados para aterrizar en cualquier tipo de terreno y condiciones climatológicas, incluso en suelos escarpados, por lo que siempre entregan con éxito el cargamento de droga que transportan desde Colombia y Venezuela hacia el estado de Campeche.

De hecho, por las condiciones actuales del terreno, se observa que los narcoaterrizajes aparentemente siempre han sido exitosos, ya que no hay huellas ni rastros de que las aeronaves hayan tenido contratiempos, pues la narcopista se encuentra limpia y lista para ser utilizada las veces que sea necesario en un día o durante toda una semana o meses, todo depende del comportamiento de la temporada de sequía.

El espacio que ocupaba la laguna La Valeriana es de un diámetro aproximado de tres kilómetros, en donde el 95 por ciento de la superficie se encuentra totalmente seca, y sólo un 5 por ciento tiene un espejo de agua en donde habitan algunos cocodrilos y a donde el ganado bovino llega a beber en esta temporada de sequía.

 

Narcohangar rústico 

En la parte poniente de lo que fue la laguna La Valeriana se encuentra quemada y abandonada la narcoavioneta Cessna, con matrícula N913J, que elementos del Ejército Mexicano encontraron el pasado martes en la madrugada; en el sitio solamente se escuchan los cantos de las aves silvestres, pero más bien, se asemejan a silbidos de los narcotraficantes camuflados entre la espesa y seca vegetación.

A simple vista se puede observar que la narcoavioneta llegó impulsada por su propio motor al narco-campamento; los pilotos y el personal de tierra encargado de recibir la droga realizaron un trabajo limpio al descargar la droga, transportarla a un lugar seguro, y la quemaron de manera intencional para no dejar huella alguna.

Al parecer, los narcotraficantes ya contaban con información de que la Fuerza Aérea Mexicana estaba sobrevolando desde Nueva Vida, Bel Ha, Ricardo Flores Magón, Unión 20 de Junio (La Mancolona) y Dos Lagunas Norte, en el municipio de Calakmul, Campeche; así como en las comunidades de Nuevo Bécar, 5 de Mayo y Nuevo Canaán, en el municipio de Othón P. Blanco;  motivo por el cual quemaron la avioneta después de descargarla, para tratar de confundir a los pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana con una más de las tantas quemas agropecuarias que se tienen en activo por esa zona.

Además, tuvieron información de que los elementos del Ejército Mexicano venían peinando la zona dentro de la selva para encontrar la narcoaeronave que fue detectada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a su ingreso en territorio mexicano, por lo que huyeron del lugar con todo y la droga.

Sin embargo, antes cortaron unos árboles en los costados del campamento donde resguardaban la narcoaeronave, algo como una especie de hangar natural, pues desde el aire se dificulta observar la aeronave, y luego le prendieron fuego a los troncos, los cuales hasta el día de hoy siguen ardiendo y echando humo.

La narcoaeronave está incinerada en un 80 por ciento, por lo que hoy sólo quedan fierros retorcidos.

Los elementos del Ejército Mexicano realizaron un operativo en donde, luego de constatar que la aeronave se encuentra totalmente destruida, se retiraron, pues no están por ningún lado y la narcopista todavía se encuentra útil.