De la Redacción
Bajo la complicidad de empleados bancarios, peligrosas bandas delictivas manejadas principalmente por extranjeros, operan desde el interior de las diversas sucursales establecidas en pleno centro de la ciudad de Cancún, tanto para despojar de dinero a cuentahabientes, como para defraudar a ciudadanos que acuden a realizar simples trámites para sus afores.
Y es que, de los asaltos a los bancos y el despojo de dinero a clientes que se han hecho frecuentes, se le suma la nueva modalidad de defraudar a la gente que por alguna necesidad acuden a las sucursales a efectuar trámites relacionados con sus fondos para el retiro por estar en estos momentos desempleados y al que por ley, tienen derecho.
Lo grave de ello, es que este nuevo esquema delictivo se opera desde el interior de las mismas sucursales, donde los trabajadores bancarios que realizan el trámite para las afores, le pasan la información de clientes que acuden a efectuar trámites, a personas que todo el tiempo merodean las instalaciones de forma libre como si trabajaran ahí.
Esto, porque cuentan con la aprobación de la gente del banco que permite que estas personas ajenas a la institución, tengan contacto con clientes de quienes previamente ya tienen la información del trámite que están realizando y de esta forma poder engatusarlo más fácilmente.
“Yo te puedo ayudar con el trámite para que te liberen el dinero que necesitas de tu afore”, le planteó uno de los sujetos a un cliente que acudió a la sucursal de Banorte de Plaza Hollywood.
Y le agregó: “tengo unos amigos que agilizan todo con el banco e incluso, te consiguen más de lo que estás solicitando”.
Con esa “oferta” atractiva, la potencial víctima accedió a proporcionar su número telefónico porque por arte de magia, toda la demás información ya la tenía el sujeto que la interceptó dentro del banco para que sus amigos le llamaran y le hicieran la propuesta “formal”.
No pasaron ni 10 minutos cuando la potencial víctima recibió la llamada telefónica donde una voz con acento colombiano, la citó en otro día a un domicilio de la Región 95, localizado a espaldas de la unidad habitacional de los soldados.
“Sólo necesitamos que venga a nuestras oficinas para firmar unos documentos y en 48 horas le conseguimos el dinero que necesita”, le planteó la persona que hizo la llamada.
Con una atractiva oferta, la persona esperó la fecha de la cita y acudió puntal al domicilio que le proporcionaron.
Al llegar, ya la estaban esperando porque de manera inmediata lo ingresaron a un departamento habilitado como oficina, donde le indicaron que por el trámite, únicamente le cobrarían 8 mil pesos y que la idea, era que le conseguirían la cantidad de 35 mil pesos de su afore.
Hasta ahí, con dicha oferta y el planteamiento, la víctima ya estaba a punto ser convencida y estampar su rúbrica, pero grande fue su sorpresa que en la otra hoja donde formaría, habían unas letras “chiquitas” que al leerlas, pudo conocer que se trataba de un pagaré por la cantidad de 35 mil pesos, pero que en realidad, sólo le proporcionarían 13 mil pesos que es lo que inicialmente le habían dicho en el banco que le daban de su afore.
“Esto está raro, porque en la primera hoja se plantea el pago de los 8 mil pesos y en la segunda que es por 35 mil pesos”, cuestionó la solicitante.
Ante ello, de forma concreta la persona le externó: “es un pagaré de seguridad, porque mucha gente se ha rajado de última hora... Pero en cuanto se libere el dinero del banco, nosotros nos contamos los 8 mil pesos, le damos la otra parte y destruimos el pagaré (sic)”.
Sin embargo, el cliente no cayó en el juego y les insistió: “esto me huele mal, lo tengo que consultar con mi familia, ¿me podrías dar una copia del documento?”, le pidió.
Pero la respuesta de dicha gente fue tajante: “eso está prohibido incluso tomarle fotos, pero no la vamos a obligar, piénselo bien y nos avisa, ya tiene nuestro número y sabe dónde estamos ubicados”.
Finalmente, el trabajador que requería del dinero de su afore, se retiró del lugar y antes de llegar a su casa, la persona con la que habló en el banco, le marcó para decirle: “me dicen mis amigos que no quiso firmar, la verdad hubiese aprovechado porque ellos saben moverse y le consiguen el dinero en 48 horas y no en un mes que tarda el trámite ante el fondo para el retiro”.
Cabe decir que la persona analizó bien la situación y al determinar que estuvo a punto de ser víctima de un fraude, optó mejor por conseguir el dinero por otro lado para salir del apuro.
Con ello, se comprueba la existencia de que estos grupos delictivos cuentan con tentáculos dentro de los bancos para concretas sus fechorías.