Por Yolanda Gutiérrez
Fuerte aguacero acompañado por intensa actividad eléctrica y ensordecedores truenos, se registraron durante las primeras horas del domingo, alertando a los habitantes del destino, mientras las descargas de los rayos cimbraban la ciudad hasta sus cimientos.
A pesar de las intensas precipitaciones matutinas, no se detectaron inundaciones, aunque sí encharcamientos en varios puntos de la ciudad; como contrapunto, otras zonas que generalmente con lluvias menos intensas terminan severamente anegadas, se encontraban despejadas de agua para beneplácito de los conductores.
Aunque en los momentos en los que las lluvias cayeron con más intensidad las calles quedaron prácticamente vacías, al remitir lo suficiente empezaron a aparecer los transeúntes, muchos menos que en cualquier otro domingo de buen tiempo, que sacaron a relucir impermeables, sombrillas y todo tipo de prendas, hasta bolsas de mandado, con las que cubrirse de las precipitaciones registradas a lo largo de la mañana.
Vecinos de Tierra Maya, acostumbrados a que la entrada al fraccionamiento por la avenida López Portillo padezca severos encharcamientos con las lluvias, que en alguna ocasión, cuando han sido precipitaciones torrenciales, orillaron a las autoridades a cerrar la vialidad al tráfico, al menos los carriles más afectados, se mostraron satisfechos y a la vez sorprendidos por el hecho de que el nivel del agua no subiera.
“Se construyen pozos de absorción por toda la ciudad y eso ayuda a que el agua encuentre más salidas, además las rejillas están más limpias que en otras ocasiones y creo que también eso ha tenido que ver, porque ha habido días en los que llovió mucho menos y quedó toda la entrada inundada”, fue el comentario de un adulto mayor, residente en la primera etapa de Tierra Maya.
No obstante, en otros puntos de la ciudad la basura se acumula en lotes baldíos, esquinas y en cualquier punto de la vía pública; claro ejemplo, Villas Otoch Paraíso, donde muchos residentes son tan inconscientes que no les importa sacar sus desperdicios después de pasar el recolector, con el riesgo de que la fauna callejera rasgue las bolsas en busca de alimento y su contenido se esparza y sea arrastrado por el viento o la lluvia hasta tapar las rejillas.
El día amaneció ominosamente nublado y no tardó mucho en soltarse una torrencial lluvia acompañada de fuerte actividad eléctrica, con algunos truenos ensordecedores que parecían generarse justo encima de Cancún.
Tras llevar a cabo un recorrido por diferentes puntos de la ciudad, se pudo constatar la falta de infraestructura, concretamente de drenaje pluvial, ya que no existe un sistema de tuberías que recoja el agua de lluvia y la haga discurrir hasta los desagües, sino que dicha infraestructura se limita a perforar pozos de absorción, ahora de 30 metros de profundidad en lugar de los diez que tenían anteriormente, pese a lo cual en caso de precipitaciones torrenciales y continuas, también rebosarían provocando más inundaciones, al no tener el agua almacenada ninguna vía para disiparse.