Quintana Roo

De la Redacción

 

TULUM, 31 de julio.- Los índices de delincuencia que se cometen a cualquier hora del día, con total facilidad para los delincuentes y que siguen causando “daños colaterales”, deja tanto a residentes como a turistas viviendo en Tulum, inhóspito en materia de seguridad.

La cifra de 22 ejecuciones en lo que va del 2019, está a dos de las 24 ultimaciones perpetradas en el 2018, aún cuando faltan cinco meses para que termine el año en curso, de manera que los tres niveles de gobierno no han sabido actuar contra la incidencia delictiva.

Por tal razón, los miembros del crimen organizado tienen subyugando la tranquilidad de los habitantes de Tulum, y al turismo que en teoría viene de visita para gozar de unas vacaciones relajadas.

Ya los delitos de alto impacto no sólo suceden en las zonas marginadas como las invasiones y sus inmediaciones, toda vez que también ocurren en calles de pleno centro, donde viven, se hospedan, caminan y pululan residentes y turistas.

Por lo anterior, cualquier punto de la ciudad es blanco fácil para que los delincuentes comentan cualquier ataque, para luego huir con suma facilidad sin que sean detenidos.

El suceso ocurrido la mañana de este martes sobre la calle Centauro es una representación de que los delincuentes no escatiman en perpetrar ataques a balazos, sin importar que haya personas inocentes, pues el sistema de vigilancia policíaca no ha tenido eficacia para dar con los responsables de la mayoría de sucesos violentos.

El fuego cruzado en los ataques a balazos ha dejado “daños colaterales” contra personas inocentes que ya ni seguras se sienten en la comodidad de su hogar.

Los diferentes estratos sociales lamentaron que al ritmo que va la violencia, muy posiblemente se superarán las estadísticas sangrientas que se tuvieron el año pasado, pues ningún orden de gobierno ha sabido reaccionar ante esta espiral narco-delincuencia.