De la Redacción
Colombianos y venezolanos se suman a la lista de las bandas de rumanos, israelíes y cubanos que ha detectado la Secretaría Estatal de Seguridad Pública que ya tienen presencia principalmente en Cancún y Playa del Carmen, y que son los que se han dedicado a los robos a cuentahabientes y a operaciones con recursos a través de los préstamos conocidos como “gota a gota”.
Es mediante este esquema de financiamiento como colombianos prestan dinero fácil en las calles de Cancún, principalmente a los negocios de las regiones y fraccionamientos, a los que les entregan tarjetas que en un lado tienen número telefónico y en el otro, las condiciones del pago, que en su mayoría son a sólo 20 días.
Los prestamistas ofrecen el dinero en menos de dos horas, sin necesidad de fiadores ni garantías debido a que el trato se realiza de palabra. Los únicos requisitos son una credencial de elector y tener un comercio.
Una vez pactado el crédito, los prestamistas colombianos llegan todos los días a los negocios a cobrar una cuota del préstamo, y en caso de que no sea pagada, amenazan, golpean y se llevan parte de la mercancía del establecimiento.
En el caso de los venezolanos, la misma autoridad ha detectado que forman parte de una red de asaltantes a cuentahabientes, a quienes despojan de cualquier cantidad de dinero que hayan retirado de los cajeros o de las ventanillas de los mismos bancos, principalmente los establecidos en la zona centro.
Ayer, el Secretario Estatal de Seguridad Pública, Jesús Alberto Capella Ibarra, reveló que existen por lo menos 10 grupos delictivos internacionales operando en Cancún y Playa del Carmen, principalmente.
Dijo que algunos de estos grupos internacionales operan con el tráfico o trata de personas, otros con el lavado de activos, narcomenudeo y entre ellos hay gente de Rumania, Cuba e Israel, además de otros a los que se le suman colombianos y venezolanos.
Incluso, hay chinos que se han establecido con la venta de mercancía ilegal y se han dispersado en distintos puntos de la ciudad y todo, con la venia del Instituto Nacional de Migración (INM), dependencia federal que se ha vuelto cómplice de gran parte de esta situación.