Quintana Roo

Por José Ramos

BACALAR, 21 de septiembre.- Ante la contingencia en materia de servicios públicos que vive Bacalar al no contar con un relleno sanitario, la administración municipal que encabeza Alexander Zetina Aguiluz tomó el camino fácil y habilitó un tiradero de basura a cielo abierto en las cercanías de la Universidad Pedagógica de Bacalar (UPB).

Por instrucciones del alcalde Alexander Zetina, se mandó a habilitar un predio a unos cuantos metros de la UPB, como un centro de acopio de basura sin tomar en cuenta los riesgos ambientales que éste pueda generar.

Lo anterior luego de que integrantes del ejido Aarón Merino Fernández bloquearon de forma total e indefinida el acceso al basurero municipal de Bacalar, advirtiendo que esta medida fue ocasionada por la falta de tacto y compromiso político de Alexander Zetina Aguiluz, quien por meros intereses se niega a autorizar al ejido el cambio de uso de suelo de 960 hectáreas, las cuales serán dejadas como reserva para el proyecto del Tren Maya.

El centro de acopio de depósito de basura de Bacalar se ubica sobre la Calle 52 Norte, lugar donde se puede ver una brecha con un pequeño letrero que indica el acceso a una brecha que conduce a un espacio de alrededor de un mil metros cuadrados, donde se está depositando la basura.

No obstante, esta medida puede generar focos de infección, contaminación y proliferación de fauna silvestre en las inmediaciones del centro educativo. Además de que al ser un lugar que recibirá la basura de más de 25 mil habitantes de Bacalar, no cuenta con las medidas para evitar filtraciones y no contaminar el subsuelo.

Lo anterior fue confirmado por el mismo alcalde Alexander Zetina, quien asegura que la medida es temporal, pero sin tomar en cuanto los riesgos que esto podría generar para la Laguna de los 7 Colores.

El edil bacalarense señaló que la lejanía del basurero intermunicipal ubicado en el kilómetro 5 de la carretera Cafetal-Majahual, lugar donde actualmente están depositando la basura del Pueblo Mágico, se tuvo que tomar la determinación de habilitar un predio como un centro de acopio de basura.

En el lugar señaló que los habitantes podrán llevar la basura que se genera en sus hogares, en lo que los camiones recolectores hacen su labor; no obstante, el predio es un tiradero a cielo abierto, pues no cuenta con ningún tipo de geomembrana ni con contendores que permitan un control de los desechos y los lixiviados.

Es importante mencionar que la contaminación está provocando que la paradisiaca Laguna de Bacalar pierda sus siete colores. El turismo, la basura y las aguas residuales están poniendo en peligro las características tonalidades del agua, su calidad y la salud de las personas, pues al nadar en ella sufren padecimientos como diarrea, vómito y giardiasis.

El crecimiento de la población en Bacalar, Quintana Roo, México, provoca el aumento de aguas negras que terminan en la laguna, causando que las microalgas y especies bacterianas estén más presentes y obstruyan el paso de la luz, poniendo en riesgo la vida de los organismos que la habitan.

Actualmente, Bacalar pasa por una de sus perores crisis en materia de servicios públicos y recolección de basura, pues no cuenta con un lugar cercano para poder depositar las toneladas de residuos que se generan a diario en el destino turístico, tras mantenerse el bloqueo del relleno sanitario por parte de los integrantes del ejido Aarón Merino Fernández.