Quintana Roo

Hasta el momento la actividad pesquera en general no ha sido regulada por las autoridades de Pesca, como la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), desde hace cinco años a la fecha se ha visto que ingresan ilegalmente a esta actividad entre 20 a 30 armadores, con dos o tres embarcaciones ribereñas, las cuales provocan que el volumen de especies se divida entre los pescadores, pues por ejemplo si antes la pesca favorable era para 20 embarcaciones, ahora esa captura se tiene que dividir para 100, pero dada la situación actual, algunos obtienen buenas capturas y otros muy bajas, dijo Julio Martínez Torres, presidente de la Sociedad Cooperativa Pesquera Ribereña “El Pedregal”.

El líder de los pescadores ribereños mencionó que desde hace más de cinco años se ha estado viendo que de forma anual están incursionando a pesca entre 20 a 30 armadores con dos a tres lanchas y a estos pescadores libres no se les puede hacer nada, porque si las autoridades proceden con el aseguramiento de las embarcaciones, o detención de los hombres del mar, provocaría una revuelta social, porque los familiares de los que carecen de permisos se manifestarían contra las autoridades, hasta el grado de complicar la situación.

Laboran sin permisos

Mencionó que del número existe un número similar de pescadores sin permisos, con los que tienen el permiso para la captura de especies marinas, pero esos pescadores que se encuentran de manera ilegal salen a realizar el trabajo de pesquería, porque tienen la necesidad de mantener a sus familias; de tal modo que se ha visto a personas que cuentan con el recurso compran diversas lanchas y la echan al mar para que los pescadores vayan a la sus actividades.

“El incremento en el porcentaje de los pescadores liberes o ilegales está afectando al sector organizado, pero también son pescadores y quizás no han tenido la oportunidad de obtener los permisos ni sus tarjetones, pero eso no les impide a que salgan a la pesca, muchas veces estos hombres de mar son los que capturan las especies de talla juvenil, como sucede con el camarón cuando está en veda, así como especies de escama que no tienen la talla comercial”, expresó Martínez Torres.

Señaló que en este esfuerzo pesquero hay muchos pescadores para esta actividad y como no se puede regular, la persona que tiene el recurso para comprar una o tres lanchas las adquiere y la meten para la actividad pesquera, de tal modo que el volumen de captura que tenían 20 lanchas ahora la hacen unas 100 y se divide el producto, pero no de forma equitativa.

“El tarjetón que se les pide a los pescadores no es la solución para el esfuerzo pesquero, porque cuando se proceda con la detención de algún pescador libre, sus familias se van a manifestar contra las autoridades y podría provocar un problema social. Pero para que se pueda reducir el número de embarcaciones que carecen de permisos para la pesca ribereña es necesario que se organicen las autoridades de pesca federal, junto con el sector social pesquero ribereño organizado, para buscar la solución a este problema que afecta no sólo a los pescadores con permiso, sino también a las autoridades”, finalizó diciendo.

(Texto y fotos: Fernando Kantún)