Quintana Roo

Día del Policía, no recordado

Por Luis Enrique Cauich

 

KANTUNILKÍN, LÁZARO CÁRDENAS, 2 de enero.- Siempre están haciendo lo humanamente posible por proteger a la sociedad lazarocardense y a pesar de ser hasta ahora la policía más confiable del estado, en Kantunilkín pocas veces los elementos son aplaudidos y mayormente son duramente señalados, a pesar de que trabajan los días festivos sin poder celebrar con la esposa y los hijos, como cualquier otro trabajador o profesionista que celebra Navidad y Año Nuevo.

Para sus familias, padres, esposa, hijos, ayer fue el día más importante del año, se celebra la fecha dedicada a este personaje que cuida día y noche a la sociedad, que pasa horas sin dormir, que trabaja en fechas festivas alejado de su familia, mientras otros dan rienda suelta a la diversión y el alcohol, como los recientes festejos navideños y fin de año.

No hubo festejo como cada año este 2 de enero, aunque tienen la esperanza que de modo extemporáneo las autoridades municipales les hagan un desayuno o un convivio para festejarlos, homenajearlos y porque no, algunos de ellos tener algún ascenso o reconocimiento por su labor, sin embargo, ayer fue como cualquier otro día.

No se festejó al policía en su día, pero seguramente en casa no les faltó un almuerzo digno, preparado por la esposa, o por quien los espera todos los días con los brazos abiertos en casa.

Así es la vida de un policía y la de los elementos lazarocardenses no es la excepción, pues aunque carecen del equipo y las herramientas para desempeñar sus funciones y a pesar de que la mayoría de las veces son criticadas, incluso por quienes alguna vez formaron parte de sus filas, siguen siendo los más confiables del Estado de Quintana Roo.

Represores para quienes no aceptan su culpa y han caído en las frías celdas de la corporación y quizá la dependencia más demandada ante los Derechos Humanos, pero nadie valora ese esfuerzo diario que hacen por la sociedad y los días que pasan en duras capacitaciones, aprendiéndose los nuevos códigos penales que los limita a actuar.

Los policías, hombres y mujeres, sólo esperan un apapacho de sus hijos, de sus hermanos y de sus padres y que el reconocimiento a su labor no sea de doble cara por parte de quienes forman parte de los altos mandos, políticos y funcionarios, y que el compromiso de tener una mejor corporación inicie hoy de buena manera con los ascensos.

Para la sociedad no hay mucho que festejar, porque siempre consideran que la policía queda a deber, cuestionándolos duramente con los recientes robos que se han suscitado en la cabecera municipal, con hechos sangrientos donde dicen no estuvieron presentes o llegaron tarde para actuar y proteger a la sociedad, como si realmente contaran con un equipo especial para detectar el momento en el que se cometerán los delitos.

La autoridad quizá haga más adelante un reconocimiento a los uniformados, pero su familia lo hace todos los días, reza porque cada noche llegue con bien a su hogar, porque desempeñe bien su labor y sea ejemplo para sus hijos, porque a pesar de ser llamados los malos, tienen el trabajo más digno que pueden pedir.