Quintana Roo

Retroceso en la actividad ganadera

Por Luis Enrique Tuz

CHETUMAL, 3 de enero.- La descarada división entre los presidentes de las asociaciones ganaderas locales con la Unión Ganadera Regional (UGR), el bajo precio de los becerros en pie, el reducido presupuesto para el sector y la falta de transparencia del programa Crédito Ganadero a la Palabra, tienen un impacto negativo en el crecimiento de la actividad ganadera en la entidad.

Mientras la lucha continúa entre los directivos, pequeños productores ganaderos señalan que este año les resultó complicado avanzar, porque no existe quien tome las riendas para unirlos.

El presidente de la Asociación Ganadera Pueblos Unidos de San Pedro Peralta, Jesús Polanco Castillo, señaló que mientras el presidente de la Unión Ganadera Regional (UGR), Florencio Song Solís, se empeñe en mantenerse en el cargo y conformar organizaciones “patito”, no se avanzará.

“La ganadería en Quintana Roo ni avanza ni retrocede, sólo se está envejeciendo por el poco interés del gobierno y de la Unión Ganadera Regional, aunado a la corrupción y el abigeato, son los factores que tal parece que se hacen a propósito para que fracase la actividad”, señala.

“Actualmente se tienen ranchos abandonados y sin hatos, y con el paso del tiempo se han deteriorado tanto, y los pioneros en la ganadería se encuentran viejos, cansados, y sus hijos no ven el rancho como una oportunidad de trabajo, sobre todo por los nulos apoyos gubernamentales, por lo que prefieren emigrar a la zona norte del estado”, añade.

Considera que para lograr una próspera actividad ganadera ésta no se debe definir por el color, sino que se deben motivar los ideales progresistas y justos.

“Existe un abandono total en el sector ganadero del estado, sobre todo en la época de sequía, pues el gobierno del estado no lo ve como una contingencia y, por lo tanto, las necesidades de los productores no son atendidas en tiempo y forma.

“Ni el anhelado cambio de gobierno local y de autoridades en las dependencias le atinan a los problemas añejos de la ganadería, los ranchos siguen en el abandono total, y los que logran sobrevivir es por amor a la ganadería o por no tener otra opción de trabajo para subsistir y mantener a sus familias”, acotó.

Al respecto abunda que la Sedarpe sigue en su laboratorio móvil tratando de encontrar el hilo negro de la ganadería, implementando excesivo burocratismo a las solicitudes de apoyo a la hora de realizar programas pilotos; sin embargo, la ganadería día con día se hunde ante propios y extraños.

“El excesivo burocratismo sólo desanima y deja en la incertidumbre total a los ganaderos. Además no existe organismo que defienda al sector ganadero, ni la Sedarpe ni la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), ni mucho menos la Unión Ganadera de Quintana Roo, la cual carece de liderazgo y su representante no sabe ni emplea políticas y diálogo, sino que es sumisa ante el gobierno, provocando una amplia disidencia. En resumen, la UGR no representa a los verdaderos productores ganaderos del estado, porque no apoya a nadie”.

Considera que la ganadería del estado necesita urgentemente ser apadrinada por gente conocedora y comprometida, para impulsarla y rescatarla del abandono y crisis en la que se encuentra.

Indica que acudir a las dependencias Sedarpe y Sader a solicitar apoyo equivale a ir a una plaza de toros, porque sólo reciben puros “capotazos”, porque no resuelven nada. “Habría que ir más allá del gobernador y de los diputados locales, a quienes poco o nada les importa la actividad ganadera; se requiere auxilio, socorro de la Cámara de Diputados y del Senado de la República para que tomen en cuenta a los ganaderos de Quintana Roo”, advierte.

Asegura que los presupuestos anuales destinados para atender las necesidades de los más de 4 mil 500 ganaderos son raquíticos y de risa en comparación con los de otros sectores, como son: agricultura, turismo, deportes o hasta en un carnaval municipal que solamente tiene una duración de 4 días.

“Esta situación impide que se tenga un crecimiento en el hato ganadero y es por ello que se estiman 114 mil cabezas, y la idea no es descabellada porque en los últimos cuatro años se han vendido a los acopiadores más de 100 mil becerros, pues se pone como parámetro una venta anual de 25 mil becerros por parte de los pequeños productores afiliados a las asociaciones ganaderas”, acotó.

Por otra parte, dijo que en este año que culmina los pequeños productores de ganado bovino sufrieron un golpe en su economía, debido a que el precio del kilo de becerro en pie bajó de 45 a 37 pesos.

Ya que de acuerdo con los ganaderos, Quintana Roo es uno de los estados más castigados en el precio del becerro en pie, sobre todo porque exigen calidad y un tabular de 200 a 220 kilos, pero los pagan muy barato.

En los meses de octubre, noviembre y diciembre los centros de acopio de la República Mexicana que comercializan en el extranjero cierran sus puertas, lo que podría ser una estrategia de ellos para bajar el precio.

Sin embargo, en los estados de Yucatán y Campeche el precio no es tan bajo como el que se tiene en Quintana Roo, que está en 37 y 38 pesos el kilo, cuando llegó a estar hasta en 45 pesos.

Los acopiadores asentados en Quintana Roo argumentan que la Unión Ganadera Regional les cobra mucho dinero para documentar los animales que llevan fuera del estado y les exige un promedio de 18 a 20 mil pesos por jaula.

El pequeño productor vende por pura necesidad, ya que no puede mantener a sus animales, sobre todo porque se acerca la sequía, además una vez que los becerros sobrepasen los 230 kilos automáticamente bajan más de precio, pues lo pagan en 36 pesos o menos.

Otro problema es que en Quintana Roo no se tienen ranchos dedicados a la engorda de ganado bovino, y los que están asentados no permiten que entren otros, por lo que existe un monopolio.

Pese a estos datos, el presidente de la Unión Ganadera Regional (UGR), Florencio Song Solís, señaló que el hato ganadero creció de 114 mil a 140 mil cabezas de ganado bovino, y en 85 mil ovinos en toda la entidad.

El crecimiento fue por tener más superficies empastadas, unas seis mil hectáreas nuevas de forraje que se establecieron, las cuales ya están habilitadas y están pagando a los productores.

Finalmente, Song Solís dijo que los seis mil paquetes que están pendientes se encuentran en proceso de recuperación, por lo que esperan que el recurso se libere, “pues ya tenía techo financiero, ya que estamos impulsando esas acciones por lo que no tiene por qué desaparecer”.