Quintana Roo

Huracán Wilma: A 15 años de su paso por Quintana Roo se mantiene como el más destructivo

El Huracán Wilma dejó afectaciones por 18 mil 772 millones de pesos tras su paso por Quintana Roo, habitantes de Cancún recuerdan su experiencia.
La destrucción que dejó Wilma fue enorme y los ciudadanos aún recuerdan las horas de angustia que los hizo pasar. Foto: Por Esto!

Hoy se cumplen 15 años del impacto del huracán más destructivo registrado en el Caribe, Wilma, y que dejó a su paso por Quintana Roo afectaciones por 18 mil 772 millones de pesos, según un reporte de la Dirección General de Protección Civil, además de que significó un antes y un después en el destino.

Mantiene varios record’s, que no han sido superados por otro fenómeno meteorológico en la región del Caribe y oficialmente dejó a su paso 8 muertos. Pobladores de Cancún recordaron que las horas que duró el fenómeno meteorológico eran “como escuchar un rugido interminable”.

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Ya desde días antes la fuerza de Wilma había generado alarma entre autoridades de los tres niveles de gobierno y de la población de Cozumel, Playa del Carmen y Cancún, donde incluso las primeras lluvias intensas se hicieron sentir desde las primeras horas del 20 de octubre.

Aún al día de hoy Wilma se mantiene como el más poderoso del Caribe, el que se intensificó a más rápido y el huracán con el ojo más pequeño, lo que generó su enorme poder en rachas de viento de hasta 296 kilómetros por hora, de acuerdo a reportes del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, por sus siglas en inglés.

 En el Atlantico, Wilma alcanzó categoría 5, pero el 21 de octubre del 2005 entró a Cozumel degradado a categoría 4, con rachas de viento de 241 km/h. Posteriormente llegó a Cancún e Isla Mujeres con ráfagas de hasta 209.2  km/h.

Una de las características que lo mantiene vigente en los archivos del NHC fue la velocidad en la que paso de una tormenta tropical a un huracán categoría 5, pues, en lo realizó en un lapso de 24 horas, un evento sin precedentes en un fenómeno meteorológico en el Atlántico.

Horas de angustia

Fue la noche del 20 de octubre cuando se declaró la alerta roja en Quintana Roo y toda la península de Yucatán, ante la cercanía del huracán, además de que se anunció la evacuación total de Isla Mujeres. En ese momento el fenómeno meteorológico estaba a 460 kilómetros de Cozumel con vientos sostenidos de 260 km/h y rachas de hasta 315 km/h.

Esto obligó a la declaratoria de emergencia para los municipios de Benito Juárez, Isla Mujeres, Cozumel, Solidaridad y Lázaro Cárdenas, además del traslado de 62 mil turistas que se encontraban en Cancún y la Riviera Maya.

Familias cancunenses coinciden en una característica: el ensordecedor rugido que generó el huracán en su paso por el destino, además del ruido de objetos siendo levantados y crujidos.

“Fueron muchas horas de angustia, donde estábamos encerrados en nuestra casa toda la familia a oscuras, con una radio, donde escuchábamos lo que se podía transmitir; fue por la radio cuando supimos del ojo cuando estaba sobre nosotros y que pensamos ya había pasado el peligro, pero en verdad era todavía la peor parte”, recordó Adriana López Escuadra, habitante del destino, quien recuerda tener en su hogar a más de 10 familiares.

Cuando el huracán paso, los cancunenses se enfrentaron a la realidad: una ciudad destruida, colapsada, inundada y sin servicios, donde la energía eléctrica tardó hasta más de 15 días en poder ser restituida.

Ante esta situación de emergencia, se comenzaron a dar actos de rapiña, primero de personas buscando alimentos, pero después de sujetos que aprovecharon la situación para robar artículos de locales y tiendas que habían sobrevivido a la embestida del huracán.

Esto obligo a las autoridades de los tres niveles a movilizar elementos de seguridad y ejército para mantener el control en las calles, y en fraccionamientos y colonias vecinos se organizaron para proteger sus hogares.

A esto se suma que el sector más afectado fue el turismo, ya que Wilma generó destrucción en hoteles, con afectación directa a 13 mil 800 habitaciones, y la parálisis del Aeropuerto Internacional de Cancún, (AIC).

Las playas, característica del Caribe mexicano y atractivo principal, lucieron sin arena blanca.

“Todo se lo llevo el viento, las playas no tenían arenas; era un paisaje desolador”, comentó

Arturo Gómez Cárdenas, quien laboraba en la zona hotelera en el 2005, y quien recordó llegar a los dos días del paso de Wilma a su lugar de trabajo para encontrarlo destruido.

“En ese momento supe que no tenía casa, pues, todo lo había perdido, y tampoco trabajo; recuerdo solo ir a la playa y ver todo lleno de rocas, como si fuera un paisaje lunar y ahí me puse a llorar”, recordó.

Wilma ha sido un parteaguas en la historia del destino, e incluso, a 15 años de su impacto, autoridades federales lo calificaron como “el fenómeno meteorológico más poderoso que ha azotado el Atlántico en México”.

Por Carlos Matus