Este 30 de noviembre, el Consejo Supremo Maya sí realizará el descenso de la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción bajo estrictas medidas sanitarias y sólo se permitirá el acceso a las personas por grupos a fin de evitar aglomeraciones, por lo que pidieron la comprensión de los fieles católicos.
Miembros del Consejo informaron que, como marca la tradición, ese día por la madrugada se hará la ceremonia para bajar a la virgen de su nicho y colocarla al alcance de los feligreses.
Mencionaron que se ha pedido el apoyo de la Policía Municipal, Protección Civil y los apostolados de la iglesia católica a fin de que, de forma coordinada, se lleve a cabo el ingreso al inmueble religioso ubicado en el primer cuadro de la ciudad, donde se seguirán los protocolos de higiene.
Los miembros del Consejo externaron que, de preferencia, deben acudir adultos, sin embargo, reiteraron que el acceso será controlado y se respetará la Sana Distancia, de modo que no serán muchos los fieles católicos que tendrán la oportunidad de presenciar el descenso de la virgen, ya que cada año la iglesia ha estado a reventar con la presencia de los habitantes, pero en esta ocasión se debe entender que, por la pandemia, hay que respetar los protocolos.
Explicaron que luego del descenso de la Virgen, quienes no hayan logrado su ingreso podrán hacerlo por grupos, puesto que la iglesia estará abierta todo el día a fin de permitir que visiten a la patrona del pueblo, respetando todas las medidas protocolarias establecidas por las autoridades de salud.
También informaron que durante la feria no habrá eventos masivos, de modo que los gremios o las corridas de toros están cancelados y sólo los responsables acudirán a llevar sus ofrendas a la iglesia con determinado número de personas.
Explicaron que el día 8, en el que se celebra oficialmente su día, no se realizará la tradicional procesión por el pueblo donde era acompañada por miles de fieles católicos.
En su lugar, se hará un recorrido en vehículo con una ruta ya definida, para que desde sus hogares los habitantes puedan apreciar a la patrona del pueblo y quienes no puedan hacerlo, podrán asistir a una de las tres misas programadas: a las seis de la mañana, a las 12 horas y a las siete de la noche, para posteriormente retornar a la virgen a su nicho.
Reconocieron que este es un año en donde la pandemia ha causado muchas afectaciones y las tradiciones han sido una de ellas, pero no queda otra opción que adaptarse a la situación, renovando su fe desde los hogares y con la esperanza de que el próximo año la celebración de sus fiestas patronales se puedan desarrollar con normalidad.
Por Luis Enrique Cauich