De la Redacción
JUAN SARABIA, OTHÓN P. BLANCO, 31 de enero.- Los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que se encontraban sitiando un rancho en la comunidad Juan Sarabia, han levantado el cerco militar que habían puesto en esta propiedad.
Según se pudo averiguar con pobladores de Juan Sarabia, éstos se retiraron el día de jueves 30 de enero del presente año aproximadamente a las 22:00 horas, pero regresaron el día viernes 31 de enero, esta vez en menor número y sin montar un retén.
Se podía observar cerca de 30 elementos que patrullaban las calles de esta comunidad a pie, mientras que otros dos grupos patrullaban en dos camionetas artilladas. El operativo finalizo a las 16:30 horas, cuando se retiraron todos los elementos militares.
El rancho que custodiaban los militares se encuentra a la orilla del río Hondo y presuntamente habían localizado una narcopista en el interior de esta propiedad, pero por algún motivo los elementos militares se retiraron el día jueves por la noche, para luego volver el viernes en la tarde, pero con menor número de elementos.
La comunidad Juan Sarabia está ubicada a 17 kilómetros al poniente de la capital del estado tomando la carretera Escárcega–Chetumal, y el jueves fue el objetivo de un fuerte operativo por parte de los elementos adscritos a la XXXIV Zona Militar, como parte de un cerco que han puesto por órdenes del alto mando, ante las actividades de los narcotraficantes que organizan y facilitan narcoaterrizajes en el sur de Quintana Roo.
Los pobladores de esta comunidad se encontraban sorprendidos por el gran despliegue militar que había en el poblado, sobre todo el hecho de que el día viernes los elementos militares regresaron a la comunidad, pero en esta ocasión hasta las 12:00 horas.
En esta ocasión vinieron aproximadamente unos 50 elementos, los cuales estaban distribuidos en un camión tipo Torton y en dos camionetas artilladas.
Mientras unos elementos militares patrullaban a pie, las dos camionetas artilladas se encontraban circulando por todas las calles de la comunidad, pero a diferencia del día anterior, no sitiaron ninguna propiedad ni montaron un retén. Los elementos militares estuvieron alrededor de cuatro horas y media patrullando por la comunidad fronteriza, y aproximadamente a las 16:30 horas se retiraron.
Hasta el momento se sabe que este operativo corresponde al blindaje de la zona sur del estado, en donde personal de la Sedena ha dado dos duros golpes al narcotráfico en el trasiego de droga proveniente de Sudamérica, ya que el lunes 27 de enero, un jet cargado con droga aterrizó a la altura del kilómetro 59+500, en el tramo carretero Nuevo Israel–Nueva Loría, municipio de Felipe Carrillo Puerto, cerca de un sitio conocido como Rancho Lagarto y de la sascabera conocida como La Escondida, aproximadamente a las 4:00 de la madrugada.
Debido a este suceso se registró un enfrentamiento entre personal militar y los narcotraficantes, que se dispersaron huyendo por el monte hacia los costados de la carretera, en el cual resultó fallecido el cabo E. M. R., del VII Regimiento de Caballería Motorizada, que era chofer del comandante de la XXXIV Zona Militar, General de Brigada DEM José Luis Vázquez Araiza, a quien un proyectil de arma de fuego le ocasionó una herida en la pierna derecha.
Asimismo, en el mismo sitio de la refriega salieron heridos el cabo C. B. H., por un proyectil de arma de fuego en la espalda, y el soldado L. G. S., del VII Regimiento de Caballería Motorizada, éste último por un balazo en el hombro derecho.
Finalmente, aseguraron a Germán G. C., originario de Quintana Roo, y a Benjamín C. R., de Jalisco; de la misma forma, quedó a disposición de las autoridades el narcojet, así como también se aseguraron dos camionetas, una era una Van en la que se encontraron 26 paquetes de droga, con un peso aproximado de entre 30 y 40 kilos cada uno, así como 3 armas largas.
El día siguientes, el martes 28 de enero, un avión Gulfstream Aerospace G-1159, con matrícula N18ZL, color blanco con rayas rojas y azules, el cual era piloteado por Aldo L. M. y Miguel Ángel B. V., el primero venezolano y el segundo de nacionalidad boliviana, aterrizó en el aeródromo de Majahual bien cargado, pues en su interior se encontraron 42 paquetes, los cuales tenían mil 230 tabiques con un peso total de una tonelada y 225 kilos de cocaína.
Este avión salió de Argentina con dirección a Miami, E.U., teniendo en su plan de vuelo hacer una escala en la isla de Cozumel, supuestamente para cargar combustible, pero antes de enfilarse hacia México, sobrevoló Bolivia, Perú y Venezuela.
En ambos casos los vuelos han tenido gran apoyo en tierra, puesto que para el caso del jet que bajó en la vía corta Chetumal-Mérida, se asegura que se vio la movilización de alrededor de 50 camionetas con hombres fuertemente armados, que inclusive prepararon el terreno aledaño a la recta, de un mil 200 metros utilizada para el aterrizaje, con el desprendimiento o doblando los letreros viales a los costados del camino.
Asimismo, se presume que los tripulantes de la aeronave que aterrizó en Majahual tuvieron aviso del blindaje que ha reforzado el Ejército Mexicano en los aeropuertos de Quintana Roo, debido a las actividades del narco, por lo que decidieron bajar en la aeropista ubicada en la costa sur del estado.