Quintana Roo

Gaviota Azul sufre cambios de un día para otro

Por Yolanda Gutiérrez

Cambia de manera impactante la fisionomía del balneario público Gaviota Azul de un día para otro, hasta el punto que en áreas donde el miércoles sólo se apreciaba arena, el jueves asomaban más rocas que emergieron durante la noche; los escalones son más pronunciados y la playa sufre ahora los efectos de haber enterrado sargazo en la orilla para ofrecer un mejor aspecto al turismo.

Las “suradas” que se registraron en últimas fechas, aunadas al fuerte oleaje que impacta en la orilla, provocaron que desapareciera mucha más arena de la generalmente lo hace los meses en los que, la misma dirección del viento, provoca que aparezcan las rocas que suelen permanecer ocultas parte del año.

Donde más se aprecia la erosión es justo en la zona en la que, aleccionados por sus superiores, a quienes se les hizo fácil, personal que presta servicio en los condominios que colindan con la playa, así como particulares que rentan camastros y sombrillas, no tuvieron mejor idea para limpiar la arena de sargazo que enterrar las macroalgas, con la errónea idea de que, al secarse, se pulverizan y se convierten en arena, concepto muy alejado de la realidad.

Dejar la recolecta y manejo del sargazo en manos que no están debidamente preparadas puede traer severas consecuencias y prueba de ello la encontramos en Gaviota Azul, fuertemente erosionada, hasta extremos que ni guardavidas ni prestadores de servicios habían visto nunca, salvo tras el paso del huracán “Wilma”.

Las olas rompen contra las rocas, que de manera paulatina asoman y se levantan sobre la superficie, siendo aprovechadas por los turistas para tomarse fotos, aunque algunas ponen en riesgo la integridad física de los bañistas, especialmente si mientras intentan sortearlas impacta con fuerza una ola, lo que provoca pérdida de equilibrio que podría tener una fatal caída como desenlace.

En los escalones, cada vez más altos, que se forman cerca de la orilla, se entremezcla la arena con briznas del sargazo que prestadores de servicios se empeñaron en enterrar durante la última invasión de algas y claramente se aprecia una mayor erosión en la zona en la que se incurrió más en la práctica de enterrar.

Y es que los malos manejos del sargazo por parte del municipio, que justificándose con su plan de austeridad optó por limpiar de manera improvisada las playas en lugar de contratar a expertos, acabaron por dar en la torre a Gaviota Azul, una de las playas más emblemáticas del destino.

Según explicaciones proporcionadas por expertos, al enterrarse el sargazo cerca de la costa la hierba se comprime y conforme pasan los días se deshidrata, con lo que pierde volumen, se forman huecos en la arena y, cuando rompe la ola, al retirarse se va llevando esa arena, lo que claramente se aprecia en el balneario.