Por Francisco Javier Díaz Medina
COZUMEL, 15 de febrero.- La diócesis es una porción del pueblo de Dios, cuyo cuidado pastoral se encomienda al obispo con la cooperación del presbiterio, de manera que, unida a su pastor y congregada por él en el Espíritu Santo, mediante el Evangelio y la Eucaristía, expresó Juan José Soto Castro, sacerdote de la iglesia “Nuestra Señora de Guadalupe”.
Así lo dio a conocer el clérigo, quien dijo que luego de los cincuenta años de la iglesia particular ahora como diócesis, que el monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, hasta este viernes 14, se mantenía como el obispo prelado responsable de una iglesia que durante casi años, se le recomendó la congregación legionaria de Cristo como prelatura, de tal manera que durante ese lapso se trabajaría y luego de solicitarle al obispo convertirla en diócesis, tras la estructura de seminarios, sacerdotes locales y autóctonos.
Agregando que, por lo tanto, el obispo prelado Pedro Pablo Elizondo Cárdenas continúa siendo el obispo diocesano, luego que la diócesis es una porción del pueblo de Dios, cuyo cuidado pastoral se encomienda al obispo con la cooperación el presbiterio, de manera que, unida a su pastor y congregada por él en el Espíritu Santo, mediante el Evangelio y la Eucaristía, constituya una iglesia particular, en la cual verdaderamente está presente y actúa la iglesia de Cristo una, santa, católica y apostólica.
Añadiendo que para que la iglesia prelatura llegara a ser una iglesia diócesis, se requería que el obispo prelado aumente la vocación, la ordenación de sacerdotes, y las estructuras, en el consejo de economía, de consultores, pastoral y entre otros, y de acuerdo a su población católica, ordenación de sus sacerdotes diocesanos, ahora existe una responsabilidad de convertir a sus cleros a ser diocesanos.
Por último, dijo que la finalidad es que se ha logrado, de ser una iglesia de misión a diocesano en conjunto del plan pastoral en esta misión que toca a todos, por lo tanto, la prelatura estaba organizada de acuerdo a las circunstancias particulares de los fieles, donde se vivió el carisma de la congregación religiosa de los legionarios de Cristo, ahora la espiritualidad que comenzará a vivirse será de la diocesana, es decir, vivir la caridad pastoral, que define como imitar a Cristo Buen Pastor.