Por Ovidio López
ISLA MUJERES, 26 de febrero.- Inició la Cuaresma con la celebración del Miércoles de Ceniza en cuatro capillas de Isla Mujeres, bajo la responsabilidad del párroco Raúl Sánchez Alonso, lo cual comienza con el periodo de 46 días de conversión hasta la víspera del domingo de Resurrección.
Se programaron siete misas para atender a cientos de familias que buscan la imposición de la cruz de ceniza en sus frentes. Arrancó la actividad a las 8:00 horas en la capilla “Guadalupe”, dos horas después en la parroquia “Inmaculada Concepción”; a las 11:00 horas, en la capilla “Caridad del Cobre”.
Continuó por la tarde en la capilla “Guadalupe”, nuevamente, a las 17:00 horas; “Inmaculada Concepción”, a las 19:00 horas; y “Sagrado Corazón”, a las 20:00 horas (y 12 de la noche). En total siete misas, según el calendario dado a conocer por el Concejo Parroquial.
Los creyentes católicos, al igual que varias iglesias cristianas, ofertan ciertos días de ayuno y penitencia en memoria de los 40 que ayunó Jesús en el desierto. Representan momentos de la reflexión y conversión con esos ejercicios espirituales.
Explica la Iglesia católica que la Cuaresma, “es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararse a la celebración de la Pascua; tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo”.
Los 40 días inició con este Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, los católicos hacen un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que deben vivir como hijos de Dios.
Recalca que el color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
“En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que, por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios”.
Muchas familias obedecen a sus líderes espirituales a restringir su alimentación, evitar comer carne roja, en su lugar, la blanca, especialmente productos del mar durante todo este tiempo. También se recomienda comer mucha verdura y fruta.