Por Víctor Rodríguez
PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 19 de marzo.- La ocupación hotelera en la Riviera Maya al desplome ante la contingencia sanitaria mundial por el coronavirus, luego de presentar un máximo general del 80 por ciento hasta la semana pasada cae al cierre de la jornada de este jueves al 45 por ciento, propiciado por las cancelaciones de llegadas de huéspedes internacionales.
Es importante señalar que hasta el 14 de marzo pasado la ocupación general en la Riviera Maya con sus 48 mil 166 habitaciones era del 80.3 por ciento, un 3.19 por ciento debajo al mismo día pero del 2019 y con 47 mil 287 cuartos establecidos.
Sin embargo, la rápida propagación del coronavirus, el COVID-19, en las últimas semanas ha generado un desplome paulatino en la ocupación hotelera en la Riviera Maya, según estadísticas de la Asociación de Hoteles y dadas a conocer por el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQ), destacando que el 14 de marzo en el “pico” más alto de marzo se alcanzó el 80.3 por ciento de manera general.
Asimismo, los hoteles ubicados en el exclusivo complejo de Playacar reportaron estar al 83 por ciento, los de Playa del Carmen al 79 por ciento, aquellos con el Plan Europeo al 73.9 por ciento, los Todo Incluido al 82.1 por ciento y los pequeños centros de hospedaje al 70.8 por ciento.
A partir del 14 de marzo se fue desplomando paulatinamente ante las cancelaciones de reservaciones por la contingencia sanitaria del COVID-19, tras haber sido declarado pandemia por su rápida propagación de China al resto del mundo, ubicándose hasta este jueves 19 de marzo en los 45.8 puntos porcentuales en la Riviera Maya o la general.
De igual forma, los hoteles ubicados en Playacar registran al momento una ocupación del 58.3 por ciento, los de Playa del Carmen con el 40.2 por ciento, los del Plan Europeo al 44.8 por ciento, los Todo Incluido al 46.1 por ciento y los pequeños hoteles al 49.3 por ciento.
Las estadísticas dadas a conocer por el CPTQ reflejan que en los últimos cinco días la ocupación hotelera en la Riviera Maya ha perdido alrededor de 35 puntos porcentuales de los niveles más altos presentados durante marzo del presente año y la tendencia, de acuerdo a los propios hoteleros y sindicatos de trabajadores de la industria sin chimeneas, será más drástica, que pone en riesgo las vacaciones de Semana Santa con efectos posibles para el verano.