De la Redacción
PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 19 de marzo.- Trabajadores de la industria turística solicitaron el urgente apoyo económico de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, porque el temor de la parálisis económica para prevenir el contagio masivo del coronavirus COVID-19, como la ocurrida en el 2009 por el virus de la influenza H1N1 ya es una realidad, siendo el parámetro la ocupación hotelera que se ubica a 40 por ciento, y continuará bajando día con día, registrando una disminución de 40 puntos en cinco días, dejando sin su fuente de ingresos a miles de personas de este polo vacacional, porque varios centros hospedaje ya cerraron sus puertas.
La pandemia del coronavirus Covid-19 está afectando severamente la economía local, la cual depende 100 por ciento del turismo, porque ante la falta de vacacionistas las actividades están semiparalizadas, ya que en el caso de los restaurantes la mayoría de los establecimientos están operando entre el 20 y 30 por ciento. Aunque hasta hoy jueves no hay despidos, está impactando el ingreso de sus empleados, porque mucha parte lo obtienen de las propinas que dejan los comensales. Lo peor está por venir, porque podrían cerrar temporalmente por lo insostenible de los gastos de operación.
Los empleados de los comercios establecidos en la zona turística, vendedores de tours, de productos artesanales, desde la mañana de hoy jueves se ubican debajo del 30 por ciento, porque son escasos los visitantes que recorren la zona, aprovechando los pocos días que restan de su estancia. En los próximos se agravará la situación porque los hoteles se están vaciando y no esperan la llegada de huéspedes en las próximas semanas. Playa del Carmen se encamina a la parálisis en sus actividades turísticas.
Ante el panorama devastador en la economía de los miles de trabajadores de la industria turística, muchos señalan que es urgente que las autoridades de los tres órdenes de gobierno pongan en marcha algún programa emergente de apoyo económico. Puesto que en los próximos días se quedarán sin dinero para cubrir necesidades tan apremiantes como la alimentación, crisis que se prolongará a lo largo de varias semanas, según la amarga experiencia de la crisis padecida en el 2009 con el virus de la influenza AH1N1.