Por Luis Enrique Cauich
KANTUNILKÍN, QUINTANA ROO, 09 de abril.- Mientras algunos de los beneficiarios del programa Sembrando Vidas, no aprovechan los apoyos y trabajan sus tierras, existen otros que invierten cada peso para poder tener producción en sus áreas de trabajo, como por ejemplo, en la siembra de maíz.
En medio de la crisis que se ha generado por el COVID-19, cuando comienzan a escasear productos de primera necesidad, como frijoles, harina de maíz y otros más incrementan sus costos, el campo se convierte en la opción para afrontar la etapa más fuerte de la pandemia que se avecina.
El programa Sembrando Vidas, para varios productores ha servido para obtener recursos sin hacer los trabajos, pero para otros ha representado una gran oportunidad para producir y dejar entrever que la agricultura con los apoyos necesarios es más que redituable cuando se trabaja.
En Kantunilkín, son contados los productores que le han sacado provecho al programa federal, y entre los cultivos destaca la siembra de maíz, de modo que en unos días más los productores podrán estar vendiendo el elote nuevo por pieza, el elote sancochado o el atole.
Pero también en medio de la pandemia que se registra, el maíz representa una gran oportunidad para las familias para venderlo de manera local, puesto que este producto es esencial en la dieta alimentaria de los habitantes.
La pandemia muestra a los productores locales, la importancia de aprovechar los apoyos que reciben y no malgastar esos recursos en cosas que no dejaran beneficios para la familia.