Por Ernesto Escudero
Al mediodía del domingo 12 de abril, el obispo de la Diócesis Cancún - Chetumal Monseñor Pedro Pablo Elizondo, ofició la misa de Domingo de Resurrección de Jesucristo, en la réplica de la Capilla Sixtina instalada en Cancún y donde en la homilía que ofreció hizo un llamado a no perder la fe, sobre todo en estos momentos que se viven en Cancún y en todo el mundo ante la actual contingencia sanitaria, pues dijo que recibir a Jesús es la paz, la luz divina que brilla y la vida nueva que libera.
Dijo que el Domingo de Resurrección es la fiesta más importante para todos los creyentes de fe católica pues con la resurrección de Jesucristo es cuando adquiere sentido toda nuestra religión, indicando que al triunfar Cristo sobre la muerte nos abrió las puertas del cielo.
Agregó que cuando celebramos la resurrección de Jesucristo, los cristianos celebran también su propia liberación y la derrota del pecado y la muerte.
Antes de finalizar la misa del Domingo de Resurrección monseñor Pedro Pablo Elizondo, hizo un llamado para unirse a los obispos de México y America Latina que en ese momento se encontraban en la basílica de nuestra señora de Guadalupe en la Ciudad de México pidiendo por estos tiempos de pandemia.
“Me uno a todos los sacerdotes, las religiosas, los fieles laicos y en su nombre quiero hacer esta consagración de nuestro estado Quintana Roo para que la virgen santísima nos proteja, nos guarde e interceda por nosotros; nos ponemos todos en las manos benditas y llorantes de nuestra señora de Guadalupe y le decimos santísima virgen María de Guadalupe madre del verdadero dios por quien se vive, en estos momentos como San Juan Diego , sintiéndonos pequeños y frágiles ante la enfermedad y el dolor, elevamos nuestra oración y nos consagramos a ti el pueblo de Quintana Roo y la diócesis de Cancún Chetumal especialmente a tus hijos mas vulnerables, los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes, los que no tienen hogar y los privados de su libertad”, dijo monseñor Pedro Pablo.
Finalmente dijo que todos los fieles acudían al inmaculado corazón de la virgen de Guadalupe para implorar su intercesión alcanzándonos de su hijo la salud y la esperanza que nuestro temor se transforme en alegría, y que en medio de la tormenta Jesús sea la fortaleza y serenidad, que nuestro señor levante su mano poderosa y detenga el avance de esta pandemia; María madre de dios de America Latina y el Caribe.