Por Gabriel E. Manzanilla
CHETUMAL, 19 de abril.- Ante la urgente necesidad de garantizar seguridad al personal médico, de enfermería y paramédicos que prestan sus servicios durante la actual contingencia sanitaria, empresarios y sociedad civil responden al llamado de aportar recursos que son destinados a la fabricación de cabinas herméticas utilizadas para el traslado y atención de pacientes diagnosticados con coronavirus COVID19.
De acuerdo con Mary Hadad, regidora del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, a esta causa se han sumado ciudadanos que, de acuerdo a sus posibilidades, han aportado recursos para la fabricación de un total de cuatro cabinas herméticas, cuyo costo aproximado es de seis mil pesos cada una.
Y es que ha sido el propio personal de salud el que ha expresado no contar con los insumos y equipos necesarios, lo que los expone al riesgo de contagios en el traslado, atención y tratamiento de pacientes con coronavirus COVID-19.
Mary Hadad destacó que Chetumal siempre ha sido ejemplo de solidaridad y ayuda cuando más se necesita, y esta vez no fue la excepción, pues se reunieron recursos para solventar los gastos de otras dos cabinas herméticas.
Una fue entregada este viernes al doctor Marco Antonio Villegas, presidente de la Cruz Roja delegación Javier Rojo Gómez, en donde están muy preocupados, pues ya se registró un primer caso de coronavirus COVID19 en el ingenio azucarero. La segunda cabina será entregada este lunes a la Unidad de Bomberos de Chetumal.
Empresas como Up Innovation Consulting, Creativa Digital, Rudraksha Jewerly y ciudadanos como Cinthya Millán, Manuel Martínez, Patricia Calderón, Melissa Verduzco, Sandra Molina, Eréndira Martínez, Wayne Cachón, Arlet Mólgora, Manuel Valencia, Claudia Martínez, Dafne García, Raúl Santana y Dinorah Guithián, son quienes participaron con sus aportaciones.
Los creadores de las cápsulas herméticas son Reynaldo Vargas y Gaspar Cocom, quienes explicaron que en la elaboración de estos prototipos se siguieron las especificaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el manejo de pacientes con enfermedades infectocontagiosas.
“Las cabinas de aislamiento son 100 por ciento lavables, los materiales están unidos por un sistema de vulcanizado para aislar a la persona que es trasladada en su interior, así como para proteger a quienes están al exterior”, dijo Reynaldo Vargas.
El sistema de estas cabinas herméticas permite el ingreso del aire, pero no su salida, “pues cuenta con unos filtros que se encargan de atrapar todas las partículas en su interior, además de que se le instala una bomba que genera un vacío, si la cápsula se llegara a romper, el sistema hace que el aire no salga expulsado”, indicó.
Cabe destacar que este sistema ya había sido probado en el 2014, cuando se registró el más reciente brote de ébola, “puede pensarse que es sencillo elaborar una cápsula, pero lo complicado es que si no se cumple con las especificaciones de un dispositivo de aislamiento, lo único que haces es poner en riesgo al personal médico y crear una falsa sensación de seguridad”.
Por eso es importante que cada cápsula que es fabricada cuente con el sistema que genera presión atmosférica negativa en su interior, usar los filtros adecuados y deshacerse de ellos una vez que haya sido utilizada.
La cabina cuenta también con accesos totalmente herméticos, pero que permiten la manipulación del paciente.