Por Yolanda Gutiérrez
La problemática del sector pesquero en general, sin mercado para comercializar el producto que guardan en congeladores y bodegas frigoríficas, se agrava con los cobros por el consumo de energía que aplica la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y les exige pagar en tiempo y forma para no verse privados del servicio.
Lo que puede poner en riesgo la producción almacenada de quienes no tengan el recurso para cubrir el adeudo en caso de corte de suministro, aseveró Carlos Fuentes, representante de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera en Quintana Roo.
Expresó que, como cualquier industria en el país, las pequeñas empresas comercializadoras de productos del mar en Quintana Roo están en problemas a raíz de la emergencia sanitaria, se desplomaron las ventas de pescado y mariscos en momentos previos a la temporada de Semana Santa, cuando aún no se dimensionaba en el sureste mexicano la magnitud del problema, lo que provocó que el sector pesquero trabajase con la expectativa de tener suficiente producto para satisfacer la demanda que se esperaba incrementase en Cuaresma y Semana Santa.
Dijo que uno de los mayores problemas por los que pasan industriales del ramo y cooperativas pesqueras es que, pese a la contingencia y aunque no hay mercado, lo que implica que tampoco hay ganancias, la CFE se apega a las reglas de siempre.
Mencionó que en la zona norte de Quintana Roo no hay ninguna variación, las tarifas para los sectores industrial y comercial llegarán sin modificación, tendrán que pagar los recibos de manera puntual y si no, llegará el corte de luz.
“Creo que hay un periodo de gracia muy breve, pero no nos dan la oportunidad de hacer convenios para pagar el consumo de manera diferida en lo que resta del año, por ejemplo, es por esto que preocupa cómo se va a pagar la luz, los costos fijos que tengan las empresas seguirán siendo costos fijos, será una cuestión de que quien pueda pagarlo lo hará y quien no, sufrirá las consecuencias de no tener luz; en Semana Santa se pensaba que llegaría una bonanza financiera, un incremento en la venta de productos del mar, por la demanda turística, pero no hubo, nos cayó el COVID-19y todas las compañías se quedaron con producto en bodega, todos los inventarios están en bodega, es un riesgo real, que haya cortes de luz por falta de pago y las pérdidas sean mayores”.