Quintana Roo

Los retos del COVID-19

El enfermero Raúl Enríquez Jiménez relata a lo que se ha tenido que enfrentar

* Argumenta que lo más difícil ha sido el distanciamiento de su familia y el temor a contagiarse * La mejor forma de ayudar a los trabajadores de la salud es quedándose en casa y respetar todas las medidas de prevención establecidas por las autoridades sanitarias

Por Gabriel E. Manzanilla

CHETUMAL, 14 de mayo.- El enfermero especialista Raúl Enríquez Jiménez, asignado al área de COVID-19 en el Hospital General de Chetumal, platicó a POR ESTO! de Quintana Roo sobre las experiencias que han pasado y los retos que han tenido que enfrentar ante esta nueva enfermedad, siendo lo más difícil el distanciamiento de sus familias y el temor a contagiarse, pero el amor a su profesión los hace arriesgar su vida con tal de salvar la de los demás.

Enríquez Jiménez es personal operativo en el Hospital General de Chetumal, está asignado al turno especial nocturno en el área de atención COVID-19 de la unidad de cuidados intensivos, que es donde están los peores casos de pacientes con esta enfermedad, quienes tienen que ser intubados y requieren de ventiladores mecánicos para respirar, ya que por sus propios medios no podrían sobrevivir.

Algunos de sus compañeros llevan más de un mes sin ver a su familia, extrañan a sus hijos, a sus parejas y demás seres queridos, con quienes mantienen contacto por llamadas o videollamadas en el teléfono.

“Desde que inició la emergencia sanitaria en el país y llegaron los primeros casos positivos de COVID-19 al Hospital General de Chetumal, hubo compañeras y compañeros que tomaron la decisión de aislarse y alejarse de sus seres queridos, se fueron a casa de otros amigos del trabajo o buscaron un lugar para rentar, esto lo hicieron para evitar contagiar a sus familiares en caso de que ellos lleguen a enfermarse”, comentó el enfermero especialista en administración de los servicios de enfermería.

Mencionó que el tema de la pandemia del coronavirus COVID-19 tomó por sorpresa al personal sanitario de todo el mundo, nadie estaba preparado para una emergencia de salud de esta magnitud, lo que se ha visto reflejado en altos niveles de estrés, frustración, desesperación, insomnio, pérdida de apetito y otros cambios psicológicos en el personal médico, de enfermería y demás trabajadores del hospital, quienes llegan a cumplir extenuantes jornadas laborales de hasta 12 horas.

Además, debido a que muchos trabajadores padecen de hipertensión y otras condiciones que los convierten en grupo de riesgo ante el COVID-19, tuvieron que ser mandados a sus casas y el Hospital General se quedó operando con personal muy limitado, de manera que han tenido que redoblar esfuerzos y hacer un mayor trabajo de lo acostumbrado.

Por si no bastara todo eso, el enfermero dijo que el temor a contraer el virus y otras presiones del trabajo han ocasionado que varios de sus compañeros tengan que recibir atención médica y/o psicológica, ya que es primera vez que se enfrentan a una emergencia sanitaria de este tipo.

Enríquez Jiménez dice que el trabajo es sumamente agotador, tan sólo para entrar al área de COVID-19 deben pasar por un riguroso protocolo de protección, que implica desinfectarse de piez a cabeza y cubrirse con uniforme quirúrgico y sobre ese un overol, botas especiales desechables, googles y una mascarilla N95, encima de todo eso se coloca una bata quirúrgica desechable, guantes, gorra y botas protectoras.

“Al principio uno se siente muy raro, aunque después te acostumbras. Con el traje puesto tenemos que aguantar todo el calor que se genera, hasta parece que estamos en un sauna; con frecuencia se te empañan los googles y es dificil ver tu entorno, se te dificulta respirar y esto llega a desesperar a más de uno”, explicó.

Aunque es estresante, ellos aman su trabajo, aunque han tenido decaidas siguen trabajando de forma optimista, por lo que pidió a la población mantenerse en casa y salir únicamente en caso de ser estrictamente necesario, ya que la mejor forma de ayudar a los trabajadores de la salud es quedándose en casa y respetar todas las medidas de prevención establecidas por las autoridades sanitarias.

Enríquez Jiménez cuenta que si bien, en otros lugares se han tenido casos de agresión y discriminación contra los trabajadores de la salud, afortunadamente en Chetumal ha sido todo lo contrario, ya que la gente ha sido muy amable y a donde van los felicitan y agradecen su heroica labor, incluso hay quienes los han ayudado con el transporte, alimentación y hasta hospedaje.

Aunque hay mucha gente responsable y que está respetando el quedarse en casa, el enfermero especialista lamentó que todavía hay personas que siguen saliendo a la calle sin tener necesidad, que no están tomando con seriedad esta pandemia y que piensan que no les pasará nada, por lo que los invitó a reflexionar y hacer conciencia para protegerse a ellos y a sus seres queridos.