Por Ovidio López
ISLA MUJERES, 17 de mayo. – El poderoso huracán “Gilberto” que afectó severamente a Isla Mujeres en septiembre de 1988, dejó muchas lecciones de prevención, las cuales se han aplicado en los posteriores eventos de meteoros, como el paso del otro no menos poderoso, “Wilma”, en 2005, en ambos casos la experiencia de sus habitantes favoreció a que no hubiera desastre humano, recordó el que fuera presidente municipal en aquel primer momento, Gerardo Magaña.
A diferencia de estos tiempos, comparó que en aquel septiembre no había tecnología como hoy para conocer el avance y proyección de los ciclones en aguas del mar Caribe, “las comunicaciones eran en morse y en radio, sabíamos de la trayectoria de Gilberto hacia el Canal de Yucatán, pero esperamos que en el último momento se desviara, había esa esperanza. No sucedió así”, dijo el concejal al reflexionar aquellos aciagos.
Con perifoneo se le avisó a la gente para que se protegieran en las partes altas, no salieran de casa después del anochecer del aquel martes 13 de septiembre. Aquí intervino la Armada de México para llevar a cabo evacuaciones y traslados de personas a sitios seguros en el Centro Histórico en último momento, según informaron involucrados directos. Lo que fue confirmado por la representación del Instituto Armado de aquel momento.
También, muchos voluntarios hicieron su propio esfuerzo para que las familias evitaran quedar bajo el agua en sus casas, pues en las partes bajas subió hasta dos metros el agua que salió del mar.
Hubo narrativas de cómo lograron salir de esas viviendas en el último minuto y evitaron ahogarse, según don Baltazar Maldonado, hoy restaurantero.
Hubo pérdida de materiales y de documentos personales en casas ubicadas en las vialidades Rueda Medina, Juárez, Hidalgo, Guerrero, Carlos Lazo, Zazil-ha, López Mateos, Matamoros, Abasolo, Madero, Morelos, Bravo y Allende, en Centro Histórico.
También se inundaron muchas casas de las colonias Aeropuerto, Electricista, Salina Chica, Meteorológico, Salina Grande y partes de Cañotal y Miraflores. Especialmente tuvo afectación un centenar de viviendas endebles, que estaban en calidad de irregulares, en lo que hoy es la periferia oriente de la laguna Salina Grande.
Nadie murió
De la Isla, nadie murió; los fallecidos fueron tripulantes de barcos pesqueros de Puerto Juárez que volcaron a la bahía, al romperse su amarre durante la gran tempestad. Todos los que se refugiaron en la Isla, entre ellos navíos factorías cubanos, fueron a aconcharse en el malecón Rueda Medina, como en playas de Cancún-Puerto Juárez.
Gerardo Magaña Barragán, presidente municipal (1987-1990) en ese momento, recordó que el poderoso huracán Gilberto, categoría cinco, la máxima intensidad de un meteoro, provocó inundaciones en los alrededores de su domicilio, el agua subió más de metro y medio en el interior de su casa, en la Guerrero, dañando todos sus documentos personales. Como él, sufrieron lo mismo varias familias nativas.
Gilberto destruyó, en la madrugada del día 14 de septiembre, el cableado de energía eléctrica, al igual que la tubería submarina de agua, a consecuencia de los barcos que encallaron en Playa Norte, “esto porque la red no estaba enterrada”; la planta de reciclaje de agua residual, ubicada atrás de la Casa de la Cultura, se hizo añicos.
A partir de esto, el entonces gobernador, Miguel Borge Martín, promovió el proyecto y financiamiento del primer muro de protección al año siguiente, cuyo tramo original de 300 metros sigue en pie hasta la fecha.
El exalcalde consideró que el ampliado muro, a una década de su edificación, debe reforzarse hoy “en las partes débiles para prevenir otra llegada de meteoro, y más ahora que está por iniciar la temporada de huracanes en el Atlántico”, periodo que inicia el primero de junio y durará hasta el 30 de noviembre, sin embargo, este sábado 16 de mayo, ya se formó la tormenta tropical “Arthur” en aguas de la Florida, el sexto año consecutivo de pretemporada.
Asimismo, Magaña agradeció la ayuda que llegó por barco de parte de los promotores de regatas de Estados Unidos, “ese apoyo alimenticio se repartió por igual a varias personas”, también llegaron de Cancún. Una buena cantidad de materiales donados por los veleristas fueron a parar a Holbox, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos”; también esos pueblos, especialmente los dos últimos, enviaban productos del campo, como naranjas para los isleños, una manifestación de solidaridad.
Sin embargo, negó que se haya desviado parte del cargamento, pese a las denuncias en su contra. Se movilizó para que los servicios de luz y agua entubada se restablecieran lo más pronto posible, entonces la ayuda estatal en gestoría fue especialmente oportuna.
Buena experiencia
A partir de ahí, se generaron experiencias de prevención, agregó, “por ejemplo, se restablecieron los servicios de luz y agua por varias semanas en 1988, en 2005, con Wilma, fueron de días”, Ante eso, Gerardo Magaña valora desde la situación difícil que atravesó su gobierno, hasta la gente solidaria, quienes sumaron voluntades para enfrentar esa contingencia.
El exedil también ha expresado, en diferentes momentos, su preocupación por el nivel de deterioro de las defensas naturales de Isla Mujeres a causa de la erosión, pues ha sido más severo el ataque de los meteoros en los últimos tiempos, “deben promoverse iniciativas de rescate y fortalecimiento de acantilados, para evitar la fractura en varias partes de la isla con el tiempo”.
Ahora sobre estos momentos de confinamiento de las familias isleñas por la enfermedad de Covid-19, la situación es totalmente diferente y difícil de entender, reconoce, es un virus que ni siguiera se ha podido investigar bien. “Nunca se había perdido tanta vida en esta lucha por salvar a los semejantes en el mundo. Hay médicos contaminados, sin embargo, sólo hay que seguir las indicaciones de las autoridades de Salud, pedirle y rogarle a Dios el hallazgo de una cura y vacuna pronto”, expresó.
Vislumbra un panorama nada halagüeño en los siguientes meses, luego de reducirse el índice de contagio y retornar gradualmente a la normalidad en este destino turístico, pues como empresario, pues es dueño de un pequeño hotel, no espera mejora de ocupación, por lo menos hasta principios de invierno.
Además, resaltó las dificultades que sufrirán los, que como él, son pequeños hoteleros, pues comentó que en los últimos dos años este segmento no ha tenido una ocupación aceptable, por lo tanto, no tienen los ahorros para reanudar operación como desean.
Reiteró que son insuficiente los 25 mil pesos que ofrece el gobierno federal para solventar adeudos de impuestos; sin embargo, consideró que con diversos apoyos fiscales, tanto del gobierno federal como estatal, se podría tener un respiro.