Por Justino Xiu Chan
FELIPE CARRILLO PUERTO, 1 de mayo.- Los artesanos de la zona maya están atravesando por momentos difíciles al no tener mercado para la venta de sus productos, y la situación se agrava debido a que no pueden salir a vender sus trabajos en otras partes de la entidad. Tal es el caso de don Elio May Pech quien a sus 73 años de edad, continúa elaborando artesanías a base de bejuco, pero éstas sólo se están almacenado en su domicilio por la falta de ventas a consecuencia de la emergencia sanitaria por coronavirus.
La crisis económica que se vive y que se va agravando al pasar de los días, repercute drásticamente entre los artesanos de esta zona maya, quienes viven al día y con la paralización de actividades ya no saben qué más hacer, por lo que requieren de apoyo por parte del Gobierno.
Don Elio May Pech, originario de la comunidad de Kopchén, y con domicilio actual en la colonia Francisco May de esta cabecera municipal, tiene problemas auditivos, necesita la ayuda de un equipo especial, se comunica mayormente en lengua maya, y trata de explicar cómo la crisis sanitaria y económica generada por el COVID-19 está afectando toda su vida.
“No estoy acostumbrado a no hacer nada, por eso aunque no hay ventas, tengo que seguir trabajando, para no fastidiarme en casa”, comentó, mientras elaboraba un canasto de bejuco.
Detalló que desde hace casi dos meses, cuando iniciaron los cambios a causa del coronavirus, sus ventas cayeron de manera drástica; antes tenía un pequeño espacio en la salida a Tulum, casi en frente de la gasolinería, donde exponía mis trabajos para la gente de paso y con eso podía mantenerse.
“Ahora, tienen cerrados los accesos a la ciudad, y ya no llegan turistas o personas de paso, y por lo tanto vendo nada. Tuve que cerrar el pequeño local, porque no hay ventas y le tenía que pagar al ejido ese espacio, pero no hay dinero para ello, y es por eso que me tuve que desplazar hasta mi casa. No hay venta ni para la comida, sólo porque mis hijos me ayudan he sobrevivido, pero esperemos que todo lo que está pasando ya se calme, y pueda seguir con mis artesanías.”, acotó.
Explicó que en los más de 30 años que viene trabajando el bejuco, es la primera ocasión que le sucede esto, que se paralicen las actividades y no haya ventas ni para comer. Empezó a trabajar las artesanías, dijo, porque en el campo las cosas habían empezado a cambiar, sembrabas la milpa y todo se perdía y ahora, las cosas están empeorando.
Comentó que muchos conocen su trabajo y hasta le han recomendado vender en línea, pero para él ese es un mundo desconocido. “No puedo exponerlo en las redes sociales, porque desafortunadamente desconozco sobre ese tema, y las personas, que necesitan de estos trabajos, acuden a mi domicilio. En su vivienda de don Elio, cuenta con gran variedad de artesanías elaboradas a base del bejuco, desde canastos, portadores de lámparas, floreros entre otros.