Quintana Roo

Hace 40 años llegó a la Isla, Tobías Santiago Hernández, originario de Oaxaca, por el deseo y la motivación de salir adelante y de tener un mejor futuro; aunado a las ganas de luchar por su familia, estableció su negocio de hamacas, totopos y ciruelas, entre otros productos. Nos platica que a causa del miedo tuvo que resguardarse 21 días en cuarentena, pero decidió salir a trabajar ya que se le acabaron los recursos para quedarse en casa y por necesidad tuvo que abrir de nuevo su pequeño local a pesar del pánico que le causa el virus del COVID-19, no le queda de otra que seguir trabajando para sobrevivir.

Tobías declaró que toda su vida se ha dedicado prácticamente a la venta de artesanías en la Isla y que la enseñaron a trabajar honestamente, a ganarse el pan de cada día; expresa que la Isla lo ha tratado muy bien ya que le ha dado sustento, y que ha trabajado todos estos años honradamente, que ha sobrevivido en varias crisis pero esta ha sido la más difícil de todas.

“Motivada por el bienestar y el sustento decidí venirme a la Isla, ya que en mi pueblo existe mucha falta de trabajo, mucha pobreza, cansada de lo mismo decidí salir de mi pueblo para superarme y progresar en la vida y soy una gran ayuda para mi familia ya que de mí dependen ellos a los que ayudo y tengo que mantener”, expresó

“Decidí guardarme por 21 días en casa, pero por desgracia los recursos se acabaron para sostenernos, tuve que regresar y salir a trabajar para luchar y para sobrevivir con los gastos familiares, durante el tiempo que estuve jamás recibí ningún tipo de ayuda municipal o estatal, pertenezco a la colonia Bivalvo y jamás ha llegado ninguna ayuda; la única ayuda que ha llegado fue la ayuda de la Cruz Roja que nos regaló un litro de cloro y una docena de cubrebocas”, declaró Tobías.

Buscamos la muerte también

“A pesar del miedo que me causa estamos con pánico, con cubrebocas lavándonos las manos seguido, de venir a buscar un sustento buscamos la muerte en la calle, si tuviéramos recursos para sobrevivir estuviéramos en nuestras casas, pero si nos quedáramos cruzados de brazos en casa nos morimos de hambre; tenemos que seguir luchando para sobrevivir el tiempo que dure esta pandemia”, finalizó.

(Texto y fotos: Patricia Gómez)