Quintana Roo

Un joven de Chetumal narra cómo han sido sus días desde que se le detectó COVID-19, busca hacer conciencia en la población para que acaten las medidas sanitarias

Un tratamiento sumamente costoso y en extremo doloroso es lo que ha tenido que soportar un chetumaleño enfermo de COVID-19, quien lleva 12 días luchando contra esta enfermedad.

Se trata de J. S., paciente de 27 años de edad y que desde hace dos semanas se encuentra internado en una clínica particular de Chetumal, donde ha tenido que pagar casi 30 mil pesos para recibir tratamiento por COVID-19. 

El joven narró que los últimos dos días empezó a toser sangre. Además, durante todo el día debe estar acompañado de un tanque de oxígeno que le ayuda a respirar, ha bajado de peso porque el dolor de los pulmones es tan intenso que le impide probar alimento y la fatiga es tanta que no puede caminar y ni siquiera tomar agua. 

“Me da fiebre al menos dos veces al día, esta enfermedad te provoca diarrea y mucho vómito, necesito estar lo más descansado posible, ya que con el mínimo esfuerzo me agito y me falta el aire, no puedo respirar y me duelen mucho los pulmones. Ni siquiera puede uno comer ni pararse para ir al baño porque no se soporta, tiene que estar uno en cama y a puro suero”, comentó el paciente que por pena prefirió guardar el anonimato. 

Se trata de una persona joven y que cuida su salud, no fuma, no tiene diabetes, hipertensión ni otros padecimientos, pero a pesar de ello el COVID-19 lo tiene postrado en cama y sin poder ver a su familia. 

Crear conciencia

Optó por un hospital privado porque señala que en los hospitales públicos no cuentan con el personal ni equipo suficiente para atender a las personas enfermas, “hacen falta camas y respiradores, los hospitales públicos están a punto del colapso y si te enfermas es muy posible que no haya lugar para ti”, expresó. 

El joven compartió su testimonio para crear conciencia entre la población, ya que Chetumal sigue subiendo rápidamente los contagios y actualmente reporta 843 casos positivos y 43 defunciones por COVID-19.

"Desafortunadamente, no todos tienen la posibilidad de costear atención médica privada, y nuestros servicios públicos de salud no están preparados para enfrentar esta pandemia. Salir a la calle y no cuidarse es como firmar tu sentencia de muerte ante el COVID-19”, concluyó. 

Con información de Gabriel E. Manzanilla 

Por Redacción Digital Por Esto!

GM