Ante la crisis económica generada por el COVID-19, el mercado laboral también vive su propia “Nueva Normalidad”, al imponer a la clase trabajadora una disminución de sus percepciones, que van de 20 hasta 50 por ciento, y en ocasiones con jornadas laborales de más de ocho horas, cuyo tiempo extra no es pagado; pero eso es mejor a nada, justificó el sector patronal y los sindicatos.
Un total de 250 mil trabajadores en Cancún, que representan la mitad de la Población Económicamente Activa (PEA), actualmente se encuentra laborando, pero sufrió un recorte en el salario, mientras que 80 mil fueron dados de baja temporalmente, lo que coloca a la entidad en los primeros lugares del país con la mayor pérdida de empleo y modificaciones en las relaciones contractuales.
De acuerdo con datos del Semáforo Económico y de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), tras levantarse el confinamiento, alrededor de seis mil empresas reiniciaron operaciones en el estado, entre ellas 123 hoteles, lo que ha propiciado que 30 mil trabajadores se incorporen a sus fuentes de trabajo, pero bajo una nueva condición: salarios reducidos.
La ley lo permite
Ante ello, la secretaria del Trabajo y Previsión Social (STyPS) en Quintana Roo, Catalina Portillo Navarro, explicó que debido a las acciones de contención por la pandemia que obligó el cierre de empresas, algunos patrones acordaron con los trabajadores la reducción del sueldo con base en el artículo 42 Bis de la Ley Federal del Trabajo (LFT), el cual permite modificaciones a las percepciones cuando se emita una declaratoria de alerta sanitaria.
No obstante, esta reducción al salario debe ser de mutuo acuerdo entre la base trabajadora y sector patronal, de lo contrario se estarían violando sus derechos laborales; de ahí que es importante verificar bajo qué condiciones se está trabajando, y en el caso de ser sindicalizados, verificar si en los Contratos Colectivos de Trabajo (CCT) se convino esta reducción.
Convenios con sindicatos
El líder de la CROC en Benito Juárez, Mario Machuca Sánchez, explicó que cuando se estableció la emergencia sanitaria por el COVID-19, la prioridad era evitar el despido de los trabajadores, por lo que firmaron acuerdos con las empresas que mantienen relación contractual, estableciendo el pago del salario mínimo, las prestaciones de ley y vales de despensas.
Mencionó que ahora, al reactivarse las actividades en la industria turística, 20 mil trabajadores de los 45 mil que tiene el gremio, se reincorporaron a laborar con modificaciones en su salario o en algunos casos trabajan de manera escalonada para que más empleados tengan la posibilidad de obtener ingresos.
“Esto significa que trabajan de manera escalonada; en algunos hoteles van rotando a los empleados cada tercer día o cada semana, según sea el caso, a fin de que se sumen más agremiados al trabajo y tengan ingresos”.
No obstante, cuando se normalice la actividad podrán reincorporarse todos los trabajadores con las condiciones laborales establecidas en los CCT; esto es de forma temporal, mientras se dinamiza la economía y aumenta la ocupación hotelera. Se trata de que al menos los trabajadores tengan ingresos en esta temporada de crisis.
“Nos pagan menos y trabajamos más”
En un sondeo realizado entre los trabajadores, estos coincidieron en que si bien es mejor trabajar con menos salario que estar desempleado, en algunos casos hay abusos de los patrones, sobre todo en la hotelería, pues al operar con sólo 30 por ciento de la plantilla, a veces laboran más de ocho horas; tiempo que no les pagan.
Ese es el caso de un chef que cubre el turno de la noche en un resort de cinco estrellas, quien durante la cuarentena fue dado de baja sin ningún finiquito y al regresar sólo le están pagando sueldo base, sin el bono de compensación y ya con el descuento de alimentación y vales de despensa, recibe mil pesos quincenales.
Debido a que hay poco personal, trabajan entre 10 y 11 horas y no les dan ayuda de trasporte, por lo que es difícil movilizarse y al final terminan pagando taxi.
Además, les advirtieron que si son sospechosos de COVID-19, tendrá que pagar la prueba en una clínica privada, que cuesta mil 500 pesos; sólo así recibirán la incapacidad. “Entonces no te pagan la quincena completa, porque de ahí te descuenta la prueba. Realmente es un abuso”, dijo.
Otro caso es el de, R. T. B., quien trabaja en un hotel en el área de Mantenimiento, regresó a sus labores el 10 de junio. De entrada le informaron que su salario sería recortado en 30 por ciento, lo cual si bien no le cayó en gracia, finalmente tendría ingresos y podrá sostener a su familia, pero lo que sí considera injusto, es que trabaje más de ocho horas y no le paguen extra.
“Así estamos la mayoría; nos mocharon el sueldo, pero nos dan más chamba; eso es un abuso, pero qué podemos hacer, si el propio sindicato nos dice que es eso o no tener trabajo; y bueno, eso es verdad, lo único que nos queda es aguantar”, dijo.
Por su parte, L.D.R., recepcionista, mencionó que estuvo casi tres meses sin trabajo. Cuando la llamaron para reincorporarse, en Recursos Humanos le indicaron que regresaría pero su sueldo se recortaría en 20 por ciento, porque la ocupación estaba baja de cuartos, aunque prometieron que recuperará sus percepciones conforme mejore el flujo de visitantes.
“Esa misma situación vivimos todos en el hotel, pero finalmente es una ventaja tener ingresos, por eso aguantamos. Yo sólo trabajo las ocho horas que cubre mi turno, pero los de mantenimiento, guardias y meseros, a veces se quedan entre tres y cinco horas, las cuales no pagan”, dijo.
“Abusan, pero así son las cosas ahora”
Por su parte, R.Q.P., mesero en un restaurante en el Callejón de los Milagros, mencionó que tiene 15 días que regresó al trabajo, pero lo primero que le indicaron es que recibiría el salario mínimo: 123.22 pesos diarios y las propinas.
“Cuando pregunté al delegado sindical, me dijo que esas eran las condiciones actuales de la empresa y debía aceptar”, refirió.
“Ante ello ¿qué alternativas hay?. Tengo compañeros que la están pasando realmente mal por no tener ingresos, algunos incluso se regresaron a sus lugares de origen, otros vendieron sus carros y empeñaron cosas, entonces es una bendición tener trabajo; admito que los patrones a veces abusan, pero así son las cosas ahora”, dijo, resignado.
Asimismo, S.R.B., quien tiene dos días que se integró al trabajo en una agencia de viajes, mencionó que su sueldo se redujo a 50 por ciento, con la promesa de obtener más ingresos por comisiones, pero pues por más que se esfuerza, las ventas son bajas.
“Es una situación difícil; apenas el turismo comienza a llegar, no se tiene el flujo de antes y eso nos estás afectando, pero es algo o nada, esa es la encrucijada actual del empleo en Cancún”, lamentó.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Empresarios: Hacemos lo que podemos para mantener empleos
José Martínez López, quien opera un restaurante en la Zona Hotelera, consideró que “a veces se hacen juicios severos contra los empresarios porque se ha reducido el salario de los trabajadores”, pero en su caso, dijo, que lleva cerrado casi tres meses, no ha dejado de pagarle a los empleados con todo y prestaciones, “sin saber los esfuerzos que se hacen para mantener la plantilla laboral”.
El restaurante emplea a 30 trabajadores y a todos les están pagando el salario mínimo; quizás consideren que es poco, dijo, pero no hay ni un solo ingreso, ya que pararon labores cuando lo dispuso la autoridad y desde ahí han sido gastos: pagar la renta, los servicios y los impuestos.
“Entonces con toda esa carga, también tenemos que respaldar a nuestros trabajadores y no es fácil. Nosotros hicimos un balance de sostener la nómina dándonos un plazo al mes de agosto, que es cuando vamos a reiniciar, pero si la cosas no mejoran, lamentablemente tendremos que dar de baja a algunos; no podemos seguir sosteniendo tanto gasto”, dijo.
Agregó que entienden la situación de los trabajadores, que la están pasando mal, pero los empresarios también están en una situación crítica, y esto se suma a que por la “Nueva Normalidad”, para reabrir tienen que invertir en Equipo de Protección Personal (EPP), sanitizar el lugar, poner filtros especiales en los ventiladores y colocar dispensadores de gel antibacterial.
También deben pagar las certificaciones y los permisos para reabrir.
Por lo tanto, añadió, los juicios pueden ser severos contra los empleadores, “pero aquí seguimos tratando de mantener la empresa, con la esperanza de que las cosas mejoren y aprendamos a vivir con la pandemia”.
:::::::::::::::::::::::::::::::::
250 mil trabajadores en Cancún están laborando con un recorte salarial
80 mil personas fueron dadas de baja temporalmente por la emergencia
6 mil empresas reiniciaron operaciones en el estado tras el confinamiento
30 mil trabajadores se reincorporaron a sus fuentes de trabajo, pero con salarios reducidos.
Por Jazmín Ramos