Un grupo de nueve músicos provenientes de Hidalgo llegó a Mérida, Yucatán y han recorrido todo el sur con “aventones” y durmiendo en casas de campañas para grabar un videoclip en la zona. Actualmente se reúnen en Cancún, con la esperanza de accesar a las playas y al mar azul turquesa para hacer sus últimas tomas y compartir un mensaje a través de su música en medio de la pandemia.
Dentro del desplome de las industrias y la caída de los grandes sectores económicos en el país, uno de los más afectados y olvidados, es el gremio de los artistas, que debido a la contingencia sanitaria no cuentan con espacios físicos para mostrar su arte a las personas.
Tampoco hay quien pague por un espectáculo en vivo, ya que las reuniones y aglomeraciones están prohibidas por temas sanitarios. Ante ello, muchos han tenido que dedicarse a vender comida, servicios o productos, o en el mejor de los casos, conseguir un empleo formal para subsistir durante la pandemia.
No se rinden
Pero en el caso del grupo musical “Ermitaño”, integrado por nueve instrumentistas del género mariachi y norteño, decidieron no abandonar sus sueños y seguir tocando, pese a que el mundo atraviesa una ola de contagios y muertes por el COVID-19.
Rigoberto Pérez, representante del grupo, comentó que actualmente no tienen trabajo por las limitantes que impone la pandemia; sin embargo, ellos anhelaban grabar un videoclip musical y eligieron la Península de Yucatán como la escenografía perfecta para mostrar a México y al mundo su talento y lo bello que es el país.
“Vinimos hasta acá con la ayuda de gente que cree en el proyecto y nos ayudó con dinero y boletos de avión de la Ciudad de México hasta Mérida; desde ahí hemos visitado Valladolid, Tulum, Playa del Carmen y Cancún a base de ‘raite’, durmiendo en casa de campañas y comiendo en lugares baratos para no salir del presupuesto”: dijo.
Roberto López Arciga, mariachi, comentó que se siente muy halagado de que la gente los haya ayudado a seguir con su oficio, porque cree que en medio de esta crisis, la música sigue transmitiendo esperanza.
“Queremos transmitirles vida a la gente a través de nuestra música, por eso estamos aquí para seguir adelante con el proyecto y no desistiendo, porque nosotros también tenemos familia que mantener. He tenido que vender algunos instrumentos que compré cuando me iba bien en el negocio, para solventar los gastos luego de cinco meses sin trabajo”: indicó.
Por Diego Ramos
Por Redacción Digital Por Esto!
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