El embarazo no planeado en adolescentes de Quintana Roo obedece a dos factores: la falta de información en educación sexual y la violencia (física, psicológica y sexual) que viven los menores, incluso desde los 9 años, aseveró Ipas, organización internacional con presencia en 17 países que tiene como fin difundir el acceso al aborto seguro.
En la última actualización sobre este tema, en 2019 se presentaron 111 embarazos en menores de 15 años, de acuerdo con el Centro de Estudios Legislativos para la Igualdad de Género (CELIG), de los cuales en 27 se comprobó la presencia de violencia física sexual.
Sin embargo, estas cifras pueden no ser concretas. Por ejemplo, en un estudio realizado en Quintana Roo en 2017 por Ipas, detalla que gran número de los embarazos en niñas de entre 10 y 14 años no son resultados de decisiones o actos deliberados, más bien, no tienen la posibilidad de negarse al acto sexual, pero es imposible precisar cifras ante la falta de denuncia y tipificación correcta de la violencia sexual.
Madre a los 14 años
Ser mamá a los 14 años no estaba en los planes de Issa ni en los de su pareja; la noticia -la primera de dos- trajo más preocupaciones que alegrías y aunque desde los 12 años en la escuela le enseñaron la existencia de métodos anticonceptivos y su funcionamiento, cuando llegó el momento de usarlos, lo aprendido quedó en el cajón al igual que algunos de sus planes personales.
En los últimos dos años, Quintana Roo ha registrado descenso en el número de mujeres adolescentes que han sido mamás, pues de acuerdo con las cifras proporcionadas por la Secretaría de Salud (SESA) de la entidad, en 2018, cinco mil 236 menores de edad tuvieron un hijo y en 2019 fueron cuatro mil 146, sin embargo, la cifra debe seguir a la baja.
Jonathan Bobadilla Maldonado, responsable a nivel estatal de Planificación Familiar de la SESA, añadió que Quintana Roo ocupa el noveno sitio entre los 10 estados con menor tasa específica de fecundidad en adolescentes, registra 67.64 mientras que la nacional es de 70.6.
Hablar de sexualidad antes de la adolescencia
Issa ha estado embarazada en dos ocasiones, a sus 18 años y como mamá de una niña de tres años, considera prioritario que los papás y mamás deben hablar con sus hijos sobre métodos anticonceptivos antes de la adolescencia, para que cuando inicien su vida sexual, siendo o no menores de edad, lo hagan conociendo los riesgos y la manera de reducirlos, pero sobre todo sabiendo que en sus guías de vida hallarán las respuestas, sin prejuicios a sus dudas sobre el tema.
La joven madre reconoce que sus planes de preparación académica han tenido cambios y que si bien la llegada de su bebé ha significado satisfacciones, también está siendo difícil. No hay que romantizar el ser mamá a tan temprana edad, dijo.
De acuerdo con el estudio Consecuencias Socioeconómicas del Embarazo Adolescente en México publicado en agosto pasado y presentado por el Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (GIPEA), el impacto del embarazo adolescente se registra en el rezago de los logros educativos de las mujeres que tuvieron hijos en la adolescencia -entre los 10 y 19 años- y por consiguiente afecta los ingresos que ellas alcanzarán en su vida laboral.
Issa se aferra con decisión a sus planes de estudiar derecho o psicología y para lograrlo optó por el sistema modular en el colegio de Bachilleres que en su momento combinó con su trabajo, pero ahora todo está en pausa, en una parte por los cambios en sistema educativo provocados por la emergencia sanitaria generada por el coronavirus y otra por el tiempo con que cuenta para atender asuntos escolares, pues no descarta, tampoco, volver a emplearse en algún lugar que le permita seguir preparándose y cuidar de su hija.
Si bien el ser madre adolescente y no alcanzar las metas académicas no es un estigma, las cifras más recientes reveladas por este estudio indican que en México 26.6 por ciento de las mujeres que han experimentado la maternidad temprana tienen únicamente educación primaria, mientras que 62.6 por ciento tiene educación secundaria y tan solo 6.68 por ciento tienen educación terciaria (universitaria). En contraste, las mujeres que han sido madres en edad adulta: 23.5 tiene educación primaria, 51.2 por ciento, secundaria y 22.18, educación terciaria (universitaria).
Para Issa, embarazarse en edad temprana ya no es por desconocimiento o ignorancia, pues en todos lados y por diversos medios hay información sobre métodos anticonceptivos, sobre todo en las zonas urbanas, sin embargo el señalamiento social mantiene vigente el temor a ser juzgado al comprar anticonceptivos que junto con la falta de planeación de un encuentro sexual eleva la posibilidad de no cuidarse.
“Quintana Roo ya no es el primer lugar en embarazo adolescente, se ha podido disminuir la tasa de embarazos, sin embargo, aún falta camino por recorrer”, reconoció Bobadilla Maldonado.
La necesidad que muestran los adolescentes a tener acceso a la información sobre cuidados y prevención sexual va en aumento; de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, abundó el responsable del área de Planificación Familiar de la SESA, hace unos años los adolescentes que habían iniciado vida sexual activa y que no habían tenido un método anticonceptivo en su primera relación sexual era porque no tenían información y no conocían los métodos anticonceptivos, en general prevalecía el desconocimiento.
Actualmente, dijo, el no usar métodos anticonceptivos en la primera relación sexual ya no es por falta de conocimiento, ahora es porque no sabía que ese día tendrían relaciones sexuales. No son planeadas.
“Ya cambió a que antes era por falta de métodos o de información, ahora ya tienen todo eso, lo que les falta es que puedan decir no si no llevan un condón o en el que puedan planear cuando va a ser el encuentro sexual. Es un poco en que se conozcan más ellos y el entorno en el que están para poder tomar decisiones porque los métodos y la información está disponible y ellos los están buscando”, remarcó.
Atención especial a adolescentes
Dentro de los Servicios Estatales de Salud hay 27 servicios amigables, específicamente diseñados para la atención de adolescentes por medio de los que les brindan información sobre cuidados, salud sexual y las medidas anticonceptivas, éstas también son para adolescentes que ya hayan tenido embarazos y que quieran llevar control prenatal.
“En todas las unidades, tanto Centros de Salud como hospitales que tenemos dentro del estado, están disponibles para que les den toda la asesoría y consejería sobre salud sexual en general y quienes quieran tener algo más específico. Estos 27 servicios están distribuidos en todos los municipios y la mayoría están dentro de los Centros de Salud”, explicó Bobadilla Maldonado.
No es necesario que los menores acudan a las instituciones de salud estatal acompañados de un adulto a solicitar información o algún método anticonceptivo, ni que lleven documentos adicionales.
“Pueden presentarse y al momento tienen acceso a todos los servicios que se ofrezcan por parte de la Secretaría en materia de educación sexual y métodos anticonceptivos, incluso la colocación de alguno de ellos, todo de manera gratuita y aun cuando sean menores de edad, pues forma parte de sus derechos sexuales reproductivos a nivel internacional”, explicó.
Violación y embarazo adolescente
De acuerdo con el análisis revelado en 2019 por Ipas, organización internacional con presencia en 17 países que tiene como fin difundir el acceso al aborto seguro, en México la violencia sexual y de género son factores de los embarazos en niñas de entre 10 y 14 años.
El organismo sin fines de lucro, en su análisis informó que en 2017 en Quintana Roo, 24 por ciento de los casos de embarazos adolescentes (25 casos) en niñas de entre los 10 y 14 años, reportaron que el hombre tenía entre 18 y 32 años.
En ese año fueron registrados 104 casos de niñas entre los 10 y 14 años atendidas en las unidades de la Secretaría de Salud por causas de violencia física, sicológica y sexual.
Sin precisar cifras, Ipas detalla que un gran número de los embarazos en niñas de entre 10 y 14 años no son resultados de decisiones o actos deliberados sino que no tienen la posibilidad de negarse al acto sexual.
De acuerdo con cifras proporcionadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) delegación Quintana Roo, de enero a abril de 2020 atendieron 190 embarazos adolescentes y en todo 2019 fueron 383.
Ipas especificó que de acuerdo con datos del Subsistema Automatizado de Egresos Hospitalarios (SAEH) en 2017 fueron registrados 149 egresos obstétricos en niñas y adolescentes de entre 10 y 14 años, de los que 74 casos fueron por parto, 17 por embarazos que terminaron en aborto y cuatro por complicaciones del embarazo que hizo que la mamá necesitara atención médica.
Por Eva Murillo