Quintana Roo

Así fue la conmemoración a la Santa Muerte en un templo de Cancún: FOTOS

Con mariachi y todo, devotos celebraron a la Santa Muerte en un templo ubicado en la Supermanzana 234 de Cancún
Los fieles a la Santa Muerte llegan con veladoras, flores y en punto de las once de la noche arribaron los mariachis / Nayeli Miranda

“Aquí todos son hermanos, no hay distinciones de raza, sexo, ni género, todos aplauden, ríen, festejan, celebran y cantan las mañanitas a la muerte, se le festeja, como ellos dicen, a la patrona, a la Santa Muerte”.

La celebración se llevó a cabo en un templo de la Supermanzana 234, en la periferia de Cancún, una de las zonas marginadas y en el olvido de las autoridades de este paradisíaco destino turístico de clase mundial. En esta zona habita parte de la mano obrera de la ciudad, esa que vive día a día con esfuerzo y dedicación para salir adelante.

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Los fieles a la Santa Muerte llegan con veladoras, flores y en punto de las once de la noche arribaron los mariachis, luciendo los botines bien lustrados, la camisa sutilmente planchada y fajada al pantalón, con cinturón piteado y entonando las mañanitas, arrancaron los festejos.

La primera entonada fueron las mañanitas, a petición del público cantaron “Hermoso cariño”, compuesta por Fernando Maldonado y cantada por muchos cantantes de música ranchera, principalmente Vicente Fernández, ícono musical de este género.

La última entonada fue el Corrido de la Santa, cuyo canto expresa su adoración y admiración a la muerte; todos los creyentes ahí presentes, sin excepción, incluyendo niños, la cantaron con tanto fervor que hasta se enchinaba la piel.

Al terminar el mariachi, sonó en el patio del templo el reggaetón y algunos corridos. Todos se saludan de mano, abrazo, ya que, aunque les preocupa enfermarse de COVID-19, también la pandemia les enseñó a quererse más.

Antes de las mañanitas, la Santa pasó su guadaña por Prado Norte, donde dos  personas fueron ejecutadas por sicarios del crimen organizado, causando una gran movilización de las fuerzas federales y estatales que custodiaron celosamente la escena del crimen, impidiendo el paso de los residentes de la zona y aún más a los reporteros y fotógrafos que acudieron a documentar el manotazo de violencia en Cancún.

La verbena aún no terminaba cuando los radios de la policía alertaban de un accidente en la Supermanzana 223; el conductor de una Van de pasajeros embistió y arrebató la vida a un alarife que trabajaba en las obras de la ciclovía.

La muerte andaba desatada por Cancún, anoche nada se le reprocha, sus creyentes le festejaban y la alentaban, “¡Que viva la Santa Muerte! Qué viva nuestra reina! ¡Que viva nuestra princesa!, grita con coraje doña Carmen, una de las fundadoras de la iglesia Ángel de la Muerte, seguida del coro de más de media centena de creyentes.

En entrevista, expresó que día con día son más la personas que se suman a la creencia y fe en la Santa Muerte, prueba de ello es que más de un centenar de personas se arremolinó a las afueras de la iglesia “del Ángel de la Muerte”.

Con tamales y refrescos celebraron a la muerte; los creyentes se paraban frente a ella como si estuviera pasando lista, oraban y agradecían los favores recibidos, una que otra dádiva ofrecían al altar, desde cervezas, flores, cigarros y licores.

Don José, otro devoto a la Santa, expresó que la iglesia se fundó hace un año, durante este lapso han pasado por diversas situaciones incómodas, ya que personas mal intencionadas se han aprovechado de la voluntad de los creyentes y han causado destrozos al interior del templo.

Esta situación, dijo, no los desanima, por lo contrario, se esmeran y procuran crecer más como comunidad y sin tener un lazo de consanguinidad, se quieren como hermanos.

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JCL