Para Martín González, una de las 34 mil 613 personas con discapacidad para caminar que viven en Cancún, es muy complicado moverse en la ciudad, ya que la mayoría de las rampas considera que son inservibles, ya sea porque están demasiado inclinadas, son angostas y no pasa la silla de ruedas o no están colocadas de la manera correcta.
Incluso, hay ocasiones en las que ha pasado hasta una hora esperando a que alguien lo auxilie para poder avanzar hacia donde se dirige.
Refiere que hace cuatro años tuvo la necesidad de aprender a usar una silla de ruedas, porque fue arrollado por un camión, accidente que le dejó graves problemas en la columna vertebral y en las piernas.
Recuerda que el primer obstáculo al que se enfrentó, fue la falta de infraestructura para desplazarse, pues a pesar de que casi en todos los establecimientos y lugares públicos hay rampas, no todas cumplen con su función.
Banquetas ocupadas
También platicó que otro problema con el que se encuentra es el de las banquetas, pues muchos negocios invaden los espacios destinados a las personas con discapacidad, por lo que en ocasiones se tiene que bajar para continuar su camino, exponiéndose a que un auto lo atropelle nuevamente.
Martín vive en el primer cuadro de la ciudad y ahora su única fuente de ingresos es abrir las puertas en una tienda de conveniencia, a la espera de que las personas le den algo de dinero, porque al igual que muchos como él, no encuentra espacios laborales debido a su condición física.
En un recorrido por la zona, se puede observar que en el Palacio Municipal de Benito Juárez por ahora no hay ningún acceso para las personas con discapacidad, ya que sólo hay un acceso para ingresar a las instalaciones y el puente sanitizante es muy angosto, lo cual imposibilita que una silla de ruedas entre por ahí.
Las rampas que están en los alrededores no son funcionales, porque no hay una secuencia que conduzca a cualquier punto; es decir, sí hay una rampa, pero antes hay una banqueta que no cuenta con el espacio para que la silla de ruedas pase.
Lejos de ser una ciudad incluyente
Guillermo Castillo Cetino, presidente de la Asociación Ciudadanos Unidos de Buena Fe, que atiende a este sector de la población, dijo que Cancún aún no es incluyente para los habitantes con discapacidad, ya que sólo se limita a rampas que no funcionan y espacios en los estacionamientos que nadie respeta, además de que tampoco hay un protocolo en el transporte público para trasladar a las personas con esta desventaja motriz.
Castillo Cetino expresó que “el desarrollo de un lugar incluyente tiene que ver con una nueva realidad en el mundo, que tome en cuenta a este sector en cualquier lugar público, sin necesidad de una leyenda que diga ‘incluyente’, porque esto se debe llevar con la mayor normalidad, sólo así tendrán una mejor calidad de vida”.
Además, es importante identificar que las necesidades de movilidad de cada persona son distintas, pues mientras a uno le sirven las rampas, para otros es mejor una guía en las calles o lugares específicos para tomar el trasporte público y que los taxistas estén capacitados en caso de tener que llevar a una persona con estas condiciones.
CG