En Cancún se incrementaron 20 por ciento las atenciones por problemas mentales tales como ansiedad, depresión y estrés en los adolescentes.
En el Centro de Integración Juvenil (CIJ) se atienden entre 25 y 35 carpetas. Antes de la pandemia, 70 por ciento de las consultas estaban relacionadas con el consumo de drogas y alcohol y 30 por ciento eran por salud mental. Sin embargo, actualmente estos dos rubros están a 50%, dio a conocer Lilian Negrete Estrella, directora de este organismo.
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Negrete Estrella explicó que los estragos sociales y de identidad que sufren los adolescentes pueden ser más significativos por no tener relaciones sociales con otros jóvenes de su edad, ya que es en la escuela donde se desarrolla la mayor parte de la personalidad que tendrán a futuro como adultos. Además, en casa los jóvenes a veces cumplen roles que no corresponden a su edad, lo que puede ser la causa de una serie de confusiones en su entorno psicoemocional.
La directora explicó que la adolescencia es una etapa que marca una transformación de la individualidad, ya que el joven no permite que cualquiera entre en su intimidad.
Generalmente en esa etapa son más emocionales y las amistades, las relaciones amorosas y afectivas son más importantes incluso que la familia, porque encuentran la comprensión entre sus iguales, es decir, entre jóvenes de su misma edad.
Por esa razón muchos adolescentes viven el aislamiento con más frustración que los niños. Pasan la mayor parte del día en sus habitaciones, aislados dentro del propio aislamiento.
Además asumen una gran carga de tareas lectivas y se apoyan en la pantalla del teléfono móvil para paliar una falta de contacto físico con sus amigos.
Por otra parte, los jóvenes en casa se convierten en “nanas” de sus hermanos menores o tienen que ayudar en las labores del hogar, ya que los papás tienen que salir a trabajar o a buscar empleo.
Los adolescentes reportan mayores problemas de salud mental, son más propensos al miedo, la ansiedad y el estrés. Esta situación empeora las dificultades propias de su edad y agrega otro tipo de problemáticas asociadas al cambio de identidad.
Para ayudar a los jóvenes en esta situación en el hogar es imprescindible que haya una fluida comunicación, para que el estrés propio del confinamiento no se convierta en una bomba de tiempo que después se vuelva un problema más grave y más difícil de solucionar.
Se trata de evitar que caigan en adicciones o que tomen una mala decisión que cambie drásticamente el rumbo de sus vidas.
El CIJ está trabajando en conjunto con los Centros de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios para realizar talleres, para que los jóvenes puedan expresar sus inquietudes con mayor libertad y en un entorno que conocen.
RM