Quintana Roo

Mafia Rumana: Florian Tudor, un hombre de negocios 'víctima' del poder, asegura

En una entrevista exclusiva con Por Esto! en marzo, el presunto líder de la Mafia Rumana, Florian Tudor, negó los cargos en su contra; ayer fue detenido con fines de extradición a su país
Tudor consideró que era un linchamiento mediático en su contra / Especial

Ni jefe criminal ni lavador de dinero ni tiburón, sólo un hombre de negocios que ha sido víctima del poder, así se definió Florian Tudor, presunta cabeza de la llamada Mafia Rumana, señalada de clonar tarjetas a través de cajeros automáticos amañados en Cancún y otros destinos turísticos de México.

El hombre, detenido ayer tras girarse una orden de aprehensión con fines de extradición a su natal Rumania, habló en exclusiva para Por Esto! en marzo pasado, el mismo mes en que el gobierno de ese país solicitó a México su arresto para responder, además, por presuntamente comandar a seis delincuentes declarados culpables de intento de asesinato, extorsión, creación de un grupo delictivo organizado, posesión ilegal de un arma y hasta de conducir sin licencia.

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Pero ninguna de estas acusaciones le suena familiar a Tudor, quien insistió a este medio en que él no es el villano sino la víctima de lo que, dice, es un linchamiento mediático que lo ha puesto, no sólo en el ojo del huracán a nivel internacional, sino en una guerra contra el poder.

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Es viernes 12 de marzo. Florian nos recibe en su casa, en pleno centro de Cancún. A juzgar por la fachada, el sitio tiene más pinta de un complejo ejecutivo, que de un hogar. El equipo del Por Esto! ingresó a través de una pequeña puerta de madera que da acceso a una caseta de vigilancia; ahí, justo en la entrada, un monitor ofrece el reporte en tiempo real de más de 10 cámaras dispuestas en todo el inmueble.

Después de este filtro, una enorme terraza con varias mesas con sus sillas y un par de grandes pantallas frente al sillón donde ya nos espera el entrevistado, escoltado por tres hombres, también rumanos.

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A Tudor lo acompaña Víctor Flores, un periodista de Cancún, señalado de formar parte de su círculo íntimo. Nos guía hasta un piso inferior. A través de un pasillo nos conduce al sitio donde se sentirá más cómodo para hablar. Ahí, sentado en la cabeza de una gran mesa de madera para 12 personas, inicia el relato de lo que para él ha sido una serie de “coincidencias” desafortunadas que lo llevaron a ser uno de los blancos de investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).

“Llegué a vivir a Cancún en 2012, luego de unas vacaciones donde conocí a la madre de uno de mis tres hijos”. Ella fue el motivo por el que decidió asentarse en este paraíso del Caribe Mexicano.

Ya instalado, colocó un emporio de empresas entre las que destaca una de cajeros automáticos con la que “todo estuvo bien, hasta después de 2015”, cuando se topó con la Mafia Rumana.

“Ellos se dedicaban a la clonación de tarjetas bancarias”, Florian los tiene bien presente, “son los hermanos Marcu Constantin y Marcu Aurelian S., así como a Sandu Ioan L., Daniel-Zoltan P., Martin F. y Tudor Elian F., éste último, con el que siempre he sido confundido”, comentó.

Son ellos y no Florian Tudor, los responsables del negocio de clonar tarjetas, señaló el anfitrión, quien afirma que esta banda lo “acosó” para que sus trabajadores les permitieran hackear los cajeros automáticos, pero que, al negarse, le declararon la guerra.

Sin titubear, afirmó que su decisión de denunciarlos ante las autoridades, después de que le destruyeron 45 de los más de 150 cajeros que manejaba su empresa tras un acuerdo con Multiva, lo puso en un conflicto directo con el grupo delictivo en 2015.

“Ellos (la Policía) le dijeron a ese grupo de rumanos quién los había denunciado y eso provocó muchos problemas. De hecho, un reportero estadounidense hizo un reportaje sobre clonación de tarjetas aquí y él mismo reconoce que sus informantes fueron estos rumanos, pero en ese mismo reportaje dice que encontró 20 cajeros manipulados, ninguno de ellos de mi empresa, pero eso provocó que me auditaran y, tras tres meses de investigaciones, no encontraron indicios de clonación”, comentó.

Explicó Tudor que quedó irremediablemente en guerra con los hermanos Marcu Constantin y Marcu Aurelian desde 2018, cuando el primero regresó a Cancún y lo amenazó de muerte. En junio de ese año, dijo, “atentaron contra uno de mis primos”, una acción repelida por sus guaruras y en la que Constantin perdió la vida.

“Todo esto lo desató el dinero, pero el dinero que creían que podían encontrar aquí (en mi casa)”, aseveró tajante ante la pregunta de por qué toda esta lluvia de demandas y señalamientos que lo hacen parecer, más que una víctima de las circunstancias, como el orquestador de todo el movimiento delictivo.

Este mote se lo achaca a la investigación de “Mexicanos Contra la Corrupción”, en la que participaron 38 periodistas en tres países durante 10 meses. “Con ese reportaje se habló ya de mafia y no sé qué más”.

“Me robaron y me sembraron un arma”

Florian Tudor también apeló en su defensa a que la Policía “sembró” evidencias para inculparlo.

El mismo 11 de junio, tras la muerte de uno de los hermanos rumanos, las autoridades catearon la casa del empresario. “Se robaron pinturas, joyas, oro, bolsas y zapatos de mi mujer, computadoras… no encontraron nada ilegal, sólo me sembraron un arma”, expresó.

Era una “colt 45 oxidada, tenía como 50 años y seguramente mil muertos en su haber. La pusieron en un cajón ya ‘armada’, algo inconcebible para alguien que tiene hijos pequeños y más para alguien que sabe que lo están vigilando”, dijo.

Tras esta acusación, Florian pidió apoyo de un socio que tiene casas de empeño. “Me ayudó a demostrar que el arma fue comprada. El policía que la compró le dijo a la persona a la que se la adquirió: ‘amigo, dirás que cómo doy lata, pero me superurge’ y pagó 35 mil pesos; eso consta en las denuncias que presentamos, pues tenemos los mensajes”, señaló.

Como no pudieron comprobarle nada, aseguró Tudor que, “todo se les cayó; orquestaron el linchamiento mediático (la investigación de “Mexicanos Contra la Corrupción”) para desprestigiarme. Eso es lo que usan como defensa, porque para ese momento yo ya había ganado los juicios de las carpetas que hicieron”.

¿De qué vive Florian?

“De préstamos y empeños. Ahorros ya no tengo. Para que vean lo millonario que soy, no tengo ni para pagar el tratamiento de mi hijo enfermo. Tengo propiedades empeñadas”, señaló aún sentado en una de las habitaciones de un búnker.

“Lo que más me preocupa no es si me arrestan o si los problemas siguen, sino cómo mantengo a mis hijos. Confío en Dios, pero sobre todo en la realidad y las constancias que tengo de ella. Ellos (las autoridades mexicanas y las de su país) no tienen nada. Lo que me preocupa es que son muchos, son fuertes y tienen mucho poder y dinero y están conectados por todas partes”, señaló.

CG