Habitantes de la isla de Holbox acordaron hacerse cargo de la recolección de basura y pagarle directamente a la empresa ECO-V los tres meses de servicio que le restan a la actual administración, hasta que las nuevas autoridades asuman el cargo y presenten un plan para atender el problema, ocasionado por la clausura del relleno sanitario por cuestiones ambientales.
Enrique Ramírez, presidente del Consejo de Desarrollo de Holbox, informó que a la reunión donde se acordó que los vecinos pagarían el proceso de recolección, ayer, acudió el procurador de Protección al Ambiente (Profepa), Miguel Nadal, quien explicó a los isleños que es necesario que el Ayuntamiento responda al acta de clausura parcial del sitio de transferencia para evitar una suspensión definitiva.
De acuerdo con Profepa, el cierre del Centro de Transferencia responde a la generación de lixiviados, como se le conoce a los líquidos resultantes de un proceso de filtración de los desechos, que arrastran una gran cantidad de los compuestos presentes a la tierra.
Sin embargo, el Consejo de Desarrollo afirma que la clausura “es ilógica”, pues ya se ha limpiado 70 mil toneladas de basura.
Ramírez explicó que de acuerdo con la ley, la basura no debe permanecer en el sitio y debe salir de la isla, pero el Ayuntamiento aseguró que ya no tenía recursos para esta operación, de modo que la comunidad optó “por tomar al toro por los cuernos” y atender por su cuenta este grave problema, que de no resolverse pondría en riesgo la salud de los habitantes de Holbox.
El líder comunitario indicó que ya surgieron varias propuestas desde la sociedad civil, que está dispuesta a salvar la isla, “porque más allá del dinero, está en juego la salud de todos”.
Cada familia abonará 100 pesos por el servicio
Según los acuerdos a los que se llegaron ayer, durante los próximos tres meses que le restan a la administración actual, los habitantes tendrán trato directo con la empresa Eco V. La asociación civil Consejo de Desarrollo Holbox se encargará de recaudar los fondos, bajo un proceso público para garantizar la transparencia.
Enrique Ramírez explicó que se estará pagando el servicio de recoja de la basura de manera particular y si alguien no desea o no acepta esta opción, es libre de elegir otra alternativa y hacerse cargo de sus residuos directamente.
Con los acuerdos ya tomados, sólo se recogerá la basura a las familias que contraten el servicio de recolección, con un pago mensual de 100 pesos para casas particulares y mil a negocios, hoteles y otras empresas.
También se acordó exigir a las grandes empresas que a diario ingresan envases y empaques contaminantes, que modifiquen sus operaciones y accedan a vender contenedores retornables, también las llamaron a contribuir con recursos para solventar los enormes gastos que la isla tendrá que afrontar durante estos tres meses.
En este sentido, recomendaron que las tiendas dejen de comprar productos que no cumplan con estas normas, lo cual obligará a las empresas a modificar sus envases; además, la población en general comenzará a reducir, reciclar, separar los residuos y asumir mayor responsabilidad como generadora de basura.
Ramírez afirmó que se requiere voluntad y ganas de ser parte de la solución y participar en talleres de capacitación con todos aquellos que tengan experiencia y puedan compartir sus conocimientos para generar un cambio de conciencia ambiental.
Para sacar los desperdicios, $90 mil diarios
Alrededor de 90 mil pesos diarios se requieren para sacar la basura de Holbox, ante la incapacidad que tiene el municipio de Lázaro Cárdenas para depositar las más de 30 toneladas de desperdicios que se generan cada día por la clausura del relleno, desde el pasado 4 de junio.
Así lo explicó al Por Esto! el director de Saneamiento municipal, Javier Alejandro Martínez Correa, quien consideró que el proceso para levantar la suspensión del relleno sanitario por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) “está viciado”.
Martínez Correa sostuvo que sacar la basura de Holbox sería un esfuerzo costoso y sin éxito, ya que se puede incurrir en la contaminación de la laguna, de modo que la única solución es que se busque el financiamiento para comprar una maquina termovalorizadora, que se deshaga de la basura sin incidir en el medio ambiente.
Esta novedosa tecnología, dijo, ya se aplicó para limpiar justamente el sitio de transferencia que fue clausurado.
La ruta de los desechos
Sacar la basura de este destino turístico implica un proceso, además de costoso, complejo. En palabras de Martínez Correa, esto requiere de un pago de 56 mil 800 pesos en el ferry, unos 28 mil para solventar los camiones de carga y los gastos de combustible y recolección de basura, para los que se necesitan 90 mil pesos diarios.
“La apatía, indiferencia o delegar en otros esta responsabilidad que nos compete a cada uno es una de los grandes dificultades que enfrentamos”, dijo el funcionario, por lo que llamó a la sociedad a que si quieren opinar o proponer alguna solución es necesario acercarse al Consejo de Desarrollo.
El Sitio de Transferencia de Residuos Sólidos de Holbox, construido con fondos del Gobierno Estatal y Federal, fue inaugurado en 2011. Las autoridades afirmaron que con él quedaba resuelto el grave problema de control de sus desechos. También se dijo que este proyecto coronaba un esfuerzo comunitario para que esta isla,Área Natural Protegida y santuario del tiburón ballena, cuente con procedimientos e infraestructura para el manejo ambientalmente adecuado de los residuos sólidos.
Cuando se inició el programa, el manejo de la basura era un verdadero reto, tanto por su creciente volumen, asociado al impulso del desarrollo turístico, como porque adolecía de infraestructura, protocolos y recursos municipales que permitieran emprender procesos adecuados de manejo de residuos.
Con una generación diaria de 2.5 toneladas de basura, el tiradero a cielo abierto, ubicado en zonas inundables, daba una imagen negativa al turismo y constituía un importante foco de contaminación por la infiltración de lixiviados y la generación de vectores de riesgo a la salud que se reproducían al amparo de los desechos.
Sin más procedimientos que la quema, los habitantes recuerdan cómo la basura llegaba hasta el cementerio. A pesar de ser un puerto turístico importante, el servicio de recolección era deficiente e irregular y las autoridades esporádicamente entregaban recursos estatales y federales.
Lo habitual era “sanear” empujando los desechos a la parte de atrás del basurero, los que en menos de 15 días se descontrolaban de nuevo. Un grupo de “pepenadoras” bajo programas de empleo temporal recuperaba residuos reciclables que no lograban comercializarse o desalojarse de la isla, dados los costos del transporte marítimo.
Con el paso de los años y el auge turístico que fue teniendo Holbox, pasó de 2.5 a 30 toneladas diarias de basura que se generan y en temporadas de vacaciones, con los miles de visitantes, hasta 50, de acuerdo a las autoridades municipales y de la alcaldía.
Una bomba de tiempo
El sitio de transferencia de Holbox ya registró dos incendios de gran magnitud, el primero en 2013, cuando se acusó que la quema de basura era una vieja práctica para deshacerse de los desperdicios, a pesar del humo tóxico que generaba. El segundo, en 2017, que duró más de 15 días y generó una nube tóxica que llegó a cubrir la isla de Holbox.
CG