Ante la falta de capacidad de operación del Centro de Salud y la falta de apertura del Hospital Comunitario, en Nicolás Bravo, un grupo de ciudadanos de esa localidad decidieron contratar los servicios de un médico para brindar asistencia y medicamentos a los habitantes de ese poblado.
Aunque la construcción del Hospital Comunitario concluyó en 2012, fue abandonado durante el sexenio de Roberto Borge Angulo y en 2017, Carlos Joaquín González anunció de nuevo que en breve entraría en operaciones, lo cual no ocurrió y finalmente en 2020 ante el inicio de la pandemia se informó que sería habilitado como Hospital COVID-19, pero hasta el momento, sigue sin funcionar.
Debido a este panorama, un grupo de voluntarios y habitantes encabezados por Cristina Gómez, habitante de esa misma localidad, contrataron un médico con el apoyo de un empresario Chetumaleño, para brindar consultas a los habitantes.
En total durante este fin de semana, se atendieron a 63 personas, por diversas enfermedades, principalmente cronodegenerativas, quienes requerían medicamentos de control, los cuales al carecer de un hospital cercano, no tenían acceso a las mismas o tendrían que viajar hasta Chetumal, a más de 70 kilómetros.
Los habitantes urgieron a las autoridades Estatales, poner en operaciones el Hospital, que hasta el momento continúa abandonado.
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RM