Una de las frutas más compradas en las verdulerías y tiendas es la pitahaya, la cual es adquirida por gente local y está beneficiando a los campesinos de Oxtutzcab en Yucatán y en la Zona Maya en Quintana Roo.
En negocios del centro de la ciudad así como en los puestos ambulantes en la avenida 30 de la colonia Luis Donaldo Colosio y en la calle 1 Sur, están expendiendo la fruta, la cual muchos consideran como exótica.
Venta de pitahaya beneficia a campesinos
El vendedor Humberto Acosta mencionó que expende el kilogramo de la fruta a 25 pesos, mientras que en otros sitios tiene un costo de 35 pesos o a veces un poco más.
El comerciante dijo que a pesar que tiene conocimiento de que puede ir hacia el Sur del estado de Quintana Roo para tener la pitahaya, son los yucatecos los que tienen acaparado el mercado, lo cual dificulta la adquisición para los vendedores de pequeños negocios.
En el libro “Experiencias productivas en los sistemas agroalimentarios de la Zona Maya de Quintana Roo”, editado por la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (Uimqroo), presentado por el maestro en ciencias botánicas Héctor Calix de Dios y la investigadora de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo), Roberta Castillo, se habló de la producción orgánica de la pitahaya en la Zona Maya.
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El profesor comentó que gracias al árbol de chakaa la pitahaya está creciendo como en Tihosuco, lo cual se basa en un sistema agroforestal.
“Las plantaciones de pitahaya no se ven creciendo sobre el maíz que es la milpa ancestral, porque las parcelas de pitahaya parecen más un monocultivo con su componente agroforestal”, dijo Calix de Dios.
Durante los 10 años el Cuerpo Académico de Desarrollo Sostenible trabajó muchos proyectos en la zona de Los Chunes, siendo la producción de la fruta la que tiene una relevancia económica importante, al comercializarse a buen precio.
En esta cuenca pitahayera de Los Chunes se demostró algo que es muy obvio y que tiene que ver con que la gente cultive de forma orgánica o convencional, lo cual favorece su producción; las plantas que se fertilizaron con nitrógeno y fósforo crecieron cuatro veces más que las plantas que recibieron insumos orgánicos; pese a que fueron utilizadas dosis muy bajas de los químicos, mientras que las plantas a las que les pusieron composta no tuvieron los mismos resultados.
La investigadora, Roberta Castillo informó que en la microrregión de Sabán en el municipio de José María Morelos, una de las zonas en donde hay una alta marginación de la población, no tuvo éxito la producción de la fruta.
Por lo que tuvo que medirse el crecimiento vegetativo porque está relacionado con la cosecha de la pitahaya, que comprende el desarrollo orgánico que estaba dentro del proyecto de los investigadores de la Uimqroo, dio a conocer la investigadora.
JCL