A inicios de 2017 en Playa del Carmen se dio una de las tragedias más grandes del municipio que cada año recibe miles de turistas que buscan conocer las playas del caribe, en una zona que se ha convertido en la favorita de muchas personas. Pero la historia de lo que sucedió esa noche de junio fue un punto y aparte en el estado.
El suceso se dio en medio de un festival de música electrónica que se llevaba a cabo por tres días e incluía a lo mejor del género cada noche en diversos centros nocturnos del municipio, si bien, todo transcurría con normalidad, de pronto todo cambió cuando se empezaron a escuchar disparos.
Nadie sabía qué pasaba en el lugar y, por los videos que circularon en redes, el pánico gobernó durante esos momentos, mientras varios corrían, otros tantos decidían esconderse bajo las mesas, pero nadie sabía a qué se debían los disparos, a pesar de que en ese momento la situación de seguridad en Playa no era la mejor.
Fue en el bar 'Blue Parrot' donde todo se dio, de acuerdo a un testigo extranjero, vio a un hombre entrar y matar a los guardias de seguridad, para después disparar dentro del local y salir por la puerta de emergencia, esto causó que la gente huyera despavorida, buscando refugio ante el ataque.
Los organizadores del evento publicaron en Facebook un mensaje donde daban a conocer la muerte de tres de sus colaboradores, y mencionaban que el show quedaba, por obvias razones, cancelado.
Días después del incidente se determinó que el ataque había dejado 5 muertos y 15 heridos, se había capturado al atacante, sin embargo, se determinó que este no pudo ser realizado por una sola persona, y en los meses subsecuentes se fue deteniendo a otros acusados.
De los muertos, 3 eran extranjeros y 2 nacionales, algunos miembros del cuerpo de seguridad del evento. Siempre se mencionó que el motivo del ataque pudo haber sido por un desacuerdo en la venta de drogas en el evento, lo cual es imperdonable en un evento que tuvo cerca de 15 mil boletos vendidos para el fin de semana.
Peleas de cárteles por la plaza donde millones de turistas deciden pasar sus vacaciones y llegar a divertirse, era un problema que se había salido de las manos del propio gobierno, que no podía hacer nada ante los embates de la delincuencia, que trabajaba unida a los mismos centros nocturnos para dar salida a los productos que venden.
Luego de esto, el gobierno de Quintana Roo se pasó la papa caliente por meses hasta que en 2019, aún en medio de las investigaciones, decidieron que no se podría tener acceso a esta por la misma razón de seguir investigándose.
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MG