Quintana Roo

A cinco años del ataque armado al Blue Parrot, Playa del Carmen no puede recuperar la paz

Junto a Tulum, Cancún e Isla Mujeres, Playa del Carmen es una de las ciudades peor posicionadas en el ranking de destinos turísticos peligrosos de México
El Blue Parrot, fue uno de los centros nocturnos más reconocidos en ese entonces / Por Esto!

El 16 de enero de 2017, Playa del Carmen fue epicentro un sangriento ataque armado que, además de la tragedia —5 muertos (3 de origen extranjero) y 15 heridos— marcó la historia de uno de los destinos favoritos por turistas nacionales y extranjeros, que desde entonces figura también como uno de los paraísos con la mayor incidencia de asesinatos del Estado, tráfico de drogas y ataques contra negocios, principalmente bares, restaurantes o antros.

El Blue Parrot, uno de los centros nocturnos más reconocidos en ese entonces, y que además fue clave en la popularidad de Playa del Carmen, se convirtió en el escenario de esta tragedia, durante la realización de un festival de música electrónica.

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La historia y el éxito económico que supuso el BMP también terminaron con este hecho violento. Era la fiesta masiva de varios días más esperada del año por jóvenes turistas de México y el extranjero.

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El asesinato múltiple también acabó con la gloria del Blue Parrot, considerado uno de los primeros centros de diversión juvenil en Playa del Carmen y que llegó a estar incluido entre los 10 mejores del mundo, de acuerdo con canales de entretenimiento estadounidenses.

Aunque del Blue Parrot y del BPM sólo quedan los escombros, escondidos entre los tablones que también mantienen la memoria de este suceso, aislada de los nuevos turistas que llegan y que caminan sobre una playa erosionada, lo que sí persistió fue el terror y los niveles de violencia que se acrecentaron a niveles para nada previstos en una ciudad pequeña vista como un paraíso de descanso y diversión.

Junto a Tulum, Cancún e Isla Mujeres, Playa del Carmen es una de las ciudades peor posicionadas en el ranking de destinos turísticos peligrosos de México. De acuerdo con la ONG, el crimen, que hace varios análisis de los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el municipio de Solidaridad es el tercer paraíso más peligroso de Quintana Roo.

El informe resalta que esta demarcación, que posee una ubicación estratégica al estar en el corazón de la Riviera Maya, tiene una tasa de 39.6 homicidios por cada 100 mil habitantes, mayor incluso que la de Cancún, que es de 38.5, y por encima de otros destinos frecuentes en la lista de la criminalidad, como Culiacán, Sinaloa (35.3) o Guadalajara, Jalisco (27.2).

En 2017, el año en el que ocurrió el ataque del BPM, hubo 49 homicidios dolosos en Solidaridad; para el año siguiente, este indicador se elevó 124.4 por ciento, con 110 asesinatos en el paraíso de playa.

Las ejecuciones continuaron al alza en 2019, con 189 casos denunciados ante las autoridades, es decir, 71 por ciento más que en 2018 y 286 por ciento por encima de los registros de 2017; es decir, casi cuatro veces más.

Aunque en los siguientes dos años la incidencia de asesinatos disminuyó a 99 (2020) y 86 (2021), en medio de la contingencia sanitaria, este indicador ya no volvió a los niveles de menos de 50 casos del año en el que un grupo armado ligado al cártel de los Zetas irrumpió con un golpe mortal en el Blue Parrot.

Un hecho que se replica

Las agresiones armadas contra establecimientos no se quedaron en el ataque al Blue Parrot, de 2017. Dos años después, el 6 de enero de 2019, un comando rafagueó el bar "Las Virginias", con un saldo de siete personas muertas.

Y el 13 de mayo de ese mismo año, otra balacera, en el bar Chapultepec, dejó a una persona muerta y varios heridos.

Bajo la sombra del Blue Parrot surgieron decenas de bares y discos que intentaron imitar el concepto, pues aunque su cierre se debió a causas relacionadas con la violencia extrema, también fue un polo de atracción turística que impulsó la economía de los empresarios.

¿Qué se ha hecho?

A raíz de los sucesos de la noche del 16 de enero de 2017, las autoridades intentaron implementar una serie de medidas para evitar que se registrara otro hecho de la misma magnitud.

El Ayuntamiento obligó a los empresarios a contar con equipos de vigilancia y estar conectados centro de monitoreo C4; aunque algunos se opusieron, tuvieron que ceder a la medida para mantenerse en operación. Incluso, los propietarios de bares llegaron a organizarse, en un intento de formar un frente contra la delincuencia; sin embargo, esto no frenó la ola de violencia.

En noviembre de 2018, miembros de la delincuencia organizada ejecutaron, con seis tiros, a David “R”, el dueño de un bar ubicado en lo que hoy es un conocido centro nocturno, el Punto 115.

Este empresario fue uno de los impulsores de un grupo de dueños de bares que buscaba coordinarse con las autoridades municipales y estatales para poner freno a las pandillas que luchaban por filtrarse para poner droga en el mercado local.

A cinco años de la tragedia del Blue Parrot, mientras nuevos bares se abren paso en el mercado y ante la incapacidad de las autoridades locales, las Fuerzas Federales: Marina, Ejército y Guardia Nacional tuvieron que intervenir para garantizar la seguridad de los residentes y de la población flotante que atrae el turismo.

Una Guardia Nacional que hace cinco años no existía, hoy se puede ver junto a militares, marinos, policías estatales y  municipales, recorriendo la Quinta Avenida, calles transversales y la zona de playas de esta ciudad.

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jcl