La historia se repite. Hace 10 años la fama internacional que gozaba Acapulco, el destino turístico por excelencia a nivel mundial, quedó manchada de sangre por la violencia desatada en medio del enfrentamiento de sanguinarios cárteles de la droga, una década después, el mismo fenómeno parece reproducirse ahora en el paradisiaco Cancún.
La perla del Caribe Mexicano, heredera del título de joya turística de México, ahora carga con la misma condena que puso en jaque a Acapulco: tasas de homicidios y feminicidios de tres dígitos, las más altas a escala nacional e índices de percepción de inseguridad mayores al 80 por ciento, según sondeos del Inegi.
La ciudad de los arenales azul turquesa, hoy vigilada por un Batallón de Seguridad Turística del Gobierno Federal, se enfrenta a la incapacidad de sus autoridades de garantizar la vida de sus residentes y también de sus visitantes.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), este 2021 Cancún se posicionó como una de las ciudades con más problemas de seguridad en distritos con más de 500 mil habitantes, una situación que ya encendió algunas alarmas en los gobiernos extranjeros.
El estudio señala que Benito Juárez, donde está Cancún, ocupa el lugar 21 de 29 municipios evaluados en el rango de seguridad, una calificación que contraviene a la imagen que suele proyectar al mundo.
Este diagnóstico parece un déjà vu. En 2015, Acapulco, la ciudad más poblada de Guerrero, reportó 721 muertes ligadas al narcotráfico. La cifra, ya alta, se disparó en los próximos años, En 2016 llegó a los 844 asesinatos y en 2017 alcanzó mil 868, el punto más crudo de la violencia en ese balneario del Pacífico mexicano, según datos del Atlas de Homicidios, realizado por México Unido Contra la Delincuencia (MUCD).
La misma ONG alertó en 2019 del aumento de la violencia en Cancún Quintana Roo. En ese año registró 245 muertos ligados a enfrentamientos entre cárteles, para 2020 esta cifra bajó a 189 por el confinamiento que llegó con la pandemia del COVID-19; para este 2021 la organización registró 279.
Para la investigadora del IMCO, Azucena Gutiérrez, en Cancún ocurre “exactamente lo mismo” que en Acapulco hace seis años, cuando las autoridades locales no pudieron contener los ataques y las disputas entre los grupos armados y, además de la pérdida de vidas humanas, el turismo no volvió a reportar los mismos picos, ante la carencia de una estrategia de seguridad pública que garantizara la salvaguarda de sus visitantes.
“En Acapulco, los grupos armados sobrepasaron las estrategias de seguridad planteadas en ese momento. Empezaron a balacear todo lo que tenían a su alcance y sabían que los antros y bares eran el punto flaco para cometer sus objetivos, el cobro por derecho de piso fue más evidente”, dijo en entrevista para Por Esto!.
Para 2016, los comerciantes de la ciudad guerrerense alertaron de cómo la violencia afectaba también a los negocios. Cifras de la Asociación de Comerciantes establecidos en La Costera revelaron que, ese año, cerca de 200 locales cerraron por la inseguridad.
En 2020, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presentó la segunda edición del ECOVID-IE, un estudio sobre la demografía de los negocios, en el que puso a Quintana Roo como el primer Estado con más negocios "muertos": 31.88 por ciento de éstos cerró sus puertas de manera definitiva, de ese porcentaje, el 12.5 pertenecen a a Cancún.
En 2015, Acapulco se colocó como el municipio más violento de México, según el estudio periódico sobre la violencia en los municipios de más 100 mil habitantes, realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia, con 72.70 puntos en el índice de violencia, fue ahí cuando inició el declive de actividad turística mermado por la inseguridad.
Este 2021, Cancún ya se ubica en la posición nueve de los municipios más violentos de más de 100 mil habitantes, con 57.2 puntos en el índice de violencia, de acuerdo con el mismo estudio, por lo que los expertos alertan que la ciudad quintanarroense sigue la misma ruta que Acapulco.
"Si vemos las estadísticas, en 2015 la ciudad guerrerense empezó con su declive, algo que estamos visualizando en Cancún, que está siguiendo la misma ruta. Hace 10 años, Benito Juárez no aparecía en el radar de la inseguridad, ahora ya está en el top ten", explicó.
David Abarca Rodríguez, secretario de Turismo de Acapulco, consideró que enfrentar la violencia fue un reto en ese entonces, pues los grupos armados no dieron tregua y la fama de la ciudad se desplomó, por lo que hasta la fecha las autoridades de ese destino siguen trabajando en temas de seguridad para mantener la tranquilidad de los turistas y recuperar terreno frente a otros paraísos con playa.
“Durante estos años hemos aprendido mucho, nos costó trabajo volver a arrancar como destino turístico y que los demás países y propios habitantes confiaran en nosotros, es un proceso muy largo y difícil de construir, pero poco a poco vamos avanzando”, dijo a Por Esto!.
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CG