El secretario de gobernación Adán Augusto López, para efectos prácticos una de las tres corcholatas señaladas por el presidente de la república para sucederlo, tanto como Claudia Sheinbaum jefa de gobierno de la capital del país y como el canciller Marcelo Ebrard, han conformado ya sus respectivos equipos de trabajo.
Como sabemos, la candidatura presidencial de Morena se decidirá mediante el método de encuestas, por lo que para los aspirantes es imprescindible darse a conocer en todo el país, en el transcurso que resta para la elaboración de dicho método, que, aunque parece mucho tiempo no lo es tanto.
Por ello cada uno de los tres anteriormente mencionados, han constituido ya sus estructuras, básicamente de forma similar, estamos hablando de un responsable por cada estado, a su vez un encargado de cada uno de los trescientos distritos electorales y a partir de ahí una enorme tropa de promoventes.
La lógica dicta, que quienes integran las huestes de cada uno de los aspirantes presidenciables les deban lealtad absoluta, sobrepongan sus intereses personales para privilegiar los de su candidato, independientemente de realizar adecuadamente la labor encomendada.
Sin embargo, eso luego se vuelve muy complicado en la práctica, más aún cuando el precandidato presidencial no cuenta con la fotografía y el mapeo de los grupos de cada localidad y sobre todo sus intereses.
La ambición de algunos actores políticos y los grupos a los que pertenecen, aprovechan estas circunstancias ya sea para colocarse o incluso para protegerse al amparo del cobijo del personaje principal.
La coyuntura es que en ese ánimo al candidato se le prometen las perlas de la virgen, pero sin informarle del sobrepeso que algunos cargan en sus espaldas, que terminan siendo en el nivel local muy dañinos para su aspiración presidencial, es decir que, sus propios colaboradores le quitan votos o la intención de ellos, debido al desprestigio de quienes los representan en determinadas entidades.
Tal es el caso del secretario de gobernación Adán Augusto López en Quintana Roo, ya que, se dice que a través de la recomendación de Jorge Medina González, el titular de la unidad de administración y finanzas de la secretaria de gobernación que el mismo comanda, que antes se denominaba oficialía mayor, se designa a Jaime Zetina González como el coordinador de su precampaña en Quintana Roo.
Se rumora que, entre Jorge Medina, uno de los más cercanos colaboradores de confianza del secretario de gobernación y Jaime Zetina existe algún parentesco, situación que derivo en la recomendación y posterior designación.
Sin embargo, da la impresión de que Adán Augusto López, nadie le explico que Jaime Zetina es primo hermano de Carlos Joaquín, el ex gobernador de más triste memoria de la historia de la entidad.
Tal vez no le contaron que Zetina González siempre se ha desempeñado en áreas financieras tanto en el servicio público como en el privado y que no se le conoce ninguna experiencia en materia de activismo, organización o promoción política.
Seguramente no le comentaron que esa designación le va a acarrear más dificultades que beneficios, primero porque el vínculo familiar entre su coordinador y el anodino ex gobernador, le va a generar a él, a Adán Augusto, un rechazo inmediato en Quintana Roo.
Se entendería que hay algún tipo de pacto político entre ambos, cuando el secretario de gobernación no tiene la más mínima necesidad de ello, peor aún bien se podría pensar que lo está protegiendo o que forma parte de su proyecto.
Si hay algo que quedo claro en Quintana Roo, es el repudio unánime y absoluto a la gestión de Carlos Joaquín, no solo por su falta de personalidad, su mediocridad y fracaso administrativo, sino por su actitud revanchista, lejana, ausente e indolente ante todo y todos.
Pero todavía nos falta el tema de la corrupción, existen sobrados argumentos, muchos de ellos que se han hecho públicos desde hace largo tiempo, para sospechar y lo pongo así porque no me corresponde decirlo de otra manera, que durante el periodo anterior se llevaron a cabo cuantiosos actos que pueden tipificar legalmente como corrupción.
Hechos en los que eventualmente estarían involucrados tanto el exgobernador como su primo Jaime, pues no eran ningún secreto para nadie, que ante la imposibilidad de darle un nombramiento importante por el parentesco como lo establece la ley, este operaba importantes asuntos desde la sombra.
Flaco favor le hace Jorge Medina González a su jefe, que además de hacerlo oficial mayor de gobernación, nos dicen es también su padrino de bautizo, recomendado a alguien que al menos en Quintana Roo, les va a provocar severos dolores de cabeza.
El nombramiento de Zetina, por todo lo que implica no solo se trata de una pésima decisión práctica, es un error estratégico monumental, que al menos en Quintana Roo será costosísimo, sin demérito que esa información fluya más allá de las fronteras de la entidad, lo cual se puede dar por descontado y eso le genere una pésima publicidad en muchos más lugares.
No hay que olvidar que Carlos Joaquín está propuesto para ser embajador de nuestro país en Canadá y que, si el nombramiento no se ha dado, no ha sido por cuestiones burocráticas en el senado de la república, sino porque trascendió que el país de la hoja de maple aún no ha otorgado su consentimiento, situación poco común que abre muchas aristas en que pensar al respecto.
Ojalá que el secretario de gobernación ponga más atención personal en los detalles y la conformación de su equipo de promoción en las demás entidades, porque si le sucede como en Quintana Roo, pues está más que claro que no tendrá mucho futuro en la encuesta presidencial.