Aguantando la tortura a la que era sometido por la mujer que le dio la vida junto con su padrastro, el pequeño de nueve años de edad, quien fue trasladado al Hospital General de Cancún“Jesús Kumate Rodríguez” la mañana del pasado jueves, trataba de aparentar una vida normal mientras asistía a la escuela.
Bajo el uniforme escolar escondía las heridas producidas con objetos calientes y, armas punzocortantes, entre otros objetos, ante la amenaza de que le quemarían la lengua para que ya no hablara; decidió denunciarlo en su plantel escolar, por lo que fue rescatado por las autoridades académicas, quienes interpusieron la denuncia ante la Fiscalía Especializada para Niñas, Niños y Adolescentes, de la Fiscalía General del Estado (FGE Quintana Roo).
“Ya no quiero vivir en mi casa. Mi mamá me clavó un cuchillo en la mano, me quemó con un encendedor y con una cuchara caliente. Me deja en el patio toda la noche”, no era necesario que dijera más palabras, las cicatrices y quemaduras de segundo grado que presentaba en su pequeño y mal nutrido cuerpo, aunado a los dolores que manifestaba en sus genitales, contaban el horror que vivió por varios días en su hogar.
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El trauma de saber que la siguiente tortura sería quemarle la lengua, lo hizo pedir ayuda en su escuela. Una madre de familia fue la que le dio la confianza quien, a su vez, lo llevó con su profesor y juntos, con la Directora de la primaria Hol Box, ubicada en la Región 247, solicitaron ayuda a través del número de emergencias 911.
Elementos del Grupo Especializado de Atención a la Violencia Intrafamiliar y de Género (Geavig) y paramédicos de la Cruz Roja, acudieron para brindarle el apoyo al menor. El semblante de los adultos que lo acompañaban los puso en alerta que tenían ante ellos un caso extremo de violencia familiar, y todo se confirmó cuando el pequeño, con la mirada triste, pero sintiéndose a salvo, mostró las evidencias que había en su cuerpo: heridas en su brazo, estómago y boca, éstas últimas hechas con una cuchara caliente.
El valiente niño relató que mientras la madre lo sostenía, el padrastro intentaba quemarle la lengua; sin embargo, se resistió hasta conseguir que lo dejaran de maltratar, al menos por ese momento, pues los golpes eran constantes, así como los insultos.
El menor fue resguardado por el Geavig, cuyos integrantes le brindaron en todo momento el acompañamiento al Hospital General de Cancún, donde fue trasladado a bordo de una ambulancia de la Cruz Roja, mientras recibía la debida atención médica.
También avisaron al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), para presentar al pequeño ante la Fiscalía Especializada para Niñas, Niños y Adolescentes de la Fiscalía General del Estado (FGE Quintana Roo), y que pueda rendir su declaración e iniciar con las investigaciones que lleven a la detención de la pareja.
En su inocencia, el niño no alcanza a comprender la valentía que tuvo para denunciar la brutalidad con la cual fue tratando. Posiblemente llevaba meses recibiendo malos tratos, tal vez fueron años de escuchar malas palabras e insultos, los cuales una frustrada mujer y un cobarde hombre, quisieron hacerle creer que era algo normal y que tal vez por alguna travesura, de un mal golpe acabaran con su vida.
Ahora confía en que las autoridades harán su parte y no lo dejarán volver a los brazos de la mujer que sólo por sentirse molesta, le llegó a clavar un cuchillo.
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CG