Desde los primeros embates de los frentes fríos en la isla, las 12 empresas de renta de carritos de golf han experimentado más de un mes de inactividad debido al estado deteriorado de las calles, inundadas por las lluvias. A pesar de los intentos de desazolve, el mal clima de este domingo convirtió a Holbox en una suerte de Venecia tropical, prolongando la afectación en este sector, según afirmó Wilberth Caamal, representante de estos establecimientos.
El empresario subrayó el riesgo significativo al alquilar un carrito de golf, ya que los costos de reparación pueden ascender a hasta 5 mil pesos, a pesar de las recomendaciones a los clientes. Muchos ignoran las advertencias y se aventuran en áreas inundadas, obstruyendo las unidades.
Por esta razón, en días de lluvia prefieren dejar las unidades estacionadas, sin generar ganancias, pero evitando pérdidas mayores, comunes durante las temporadas de lluvias debido a los daños que sufren las unidades. Ha transcurrido aproximadamente un mes desde el paso del Frente Frío número seis, que provocó lluvias e inundaciones en las calles de arena. Desde entonces, han estado imposibilitados para trabajar y, justo cuando anticipaban reanudar sus operaciones, las lluvias volvieron.
Caamal expresó su preocupación por la aparente demora de las autoridades isleñas y municipales en implementar programas de desazolve y nivelación de calles. Con las lluvias del último domingo, la isla está nuevamente bajo agua, y no hay claridad sobre cuándo se abordarán las vialidades para hacerlas transitables.
Manifestó que, al menos, tendrán que esperar dos o tres semanas más antes de poder retomar sus actividades. Esta situación podría afectar toda la temporada de vacaciones, a menos que las autoridades actúen de inmediato para resolver la situación de las calles.
En Holbox, hay alrededor de 12 empresas de renta de carros, con un promedio de 200 unidades. Además, hay vehículos tipo Can Am, que causan daños a las vialidades de arena con sus ruedas y dejan grandes baches, especialmente durante la temporada de lluvias. Aunque las autoridades prometieron prohibir su ingreso, la presencia de estos vehículos ha aumentado, ya que no existe un control adecuado.
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