El ojo de agua Yalahau es parte de la reserva natural protegida Yum Balam. Cubierto principalmente por manglares, este fascinante cenote tiene desembocadura en el mar. Es un pozo de agua dulce rodeado de agua salada y es llamado también como “la fuente de la juventud”, pues al sumergirse en el manantial de agua fresca y cristalina da la sensación de rejuvenecer 10 años más joven, como señalan quienes lo han visitado.
En estas vacaciones de Semana Santa, afirman lancheros como Juan Rico Santana, es una visita obligada para los turistas nacionales y extranjeros, pues no deben perderse todas las bellezas que ofrece en sus alrededores laisla Holbox,que luego de la pandemia comienza a trabajar como en sus mejores momentos.
Para llegar a este lugar se puede partir del muelle de Holbox o de Chiquilá, la única manera de acceso es a través de las lanchas turísticas y tarda sólo algunos minutos para llegar a esta maravilla de la naturaleza. El costo del tour es de 400 pesos por persona, dijo el lanchero.
Externó que el recorrido inicia a las 10 de la mañana y concluye a las dos de la tarde. Comienza en Yalahau, continúa en Punta Mosquito y luego en la Isla de los Pájaros. Este tour se puede contratar directamente con los prestadores de servicios turísticos en el muelle.
El impresionante nacimiento de agua dulce es parte de una reserva ecológica, un lugar mágico por los visitantes de Holbox por su folklore e historia, del cual se relata que fue de suma importancia para los pescadores mayas y viajeros, quienes recolectaban el líquido vital.
Existen muchas historias al respecto, entre ellas la leyenda de un rey maya, quien cerró el lugar y lo convirtió en su lugar de descanso privado, donde sólo sus esposas podían nadar. El rey mandó construir unos jardines y fuentes alrededor del cenote, con una piscina decorada con jade en el fondo. El lugar fue en parte destruido por los conquistadores españoles.
Después fue el refugio del famoso pirata Francisco de Molas, quien lo ocupó durante 40 años y de quien se dice que enterró un gran tesoro en el lugar. En el Siglo XVI fue un puerto mercante para el Estado. El pirata Francisco de Molas utilizó más adelante Yalahau como su refugio, donde vivió por casi 40 años y robó a todo galeón que se aventurara por el agua dulce.
Sin duda, este ojo de agua, Yalahau es una parada obligada para los turistas que gustan de la naturaleza y que buscan alejarse del bullicio que se registra en la isla con la afluencia de visitantes, de modo que son lugares idóneos para relajarse, disfrutar la vista y las refrescantes aguas.
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