La remodelación de la avenida Tulumno estaba contemplada en los trabajos del boulevard Colosio, y automovilistas y usuarios del transporte público se quejaron por la dilación de las obras en la importante arteria cancunense.
Como las intersecciones hacia las avenidas Nichupté y Sayil, así como los laterales, hasta “El Ceviche”, están cerrados, se genera caos vial a todas horas del día.
El martirio comienza en la Colosio, donde se construye el puente Nichupté. En esa zona están ubicadas muchas escuelas, por lo que atravesar un tramo de apenas unos metros lleva hasta media hora.
Pasando el puente y entrando a la avenida Tulum, la gran parte de los retornos están cerrados, aunque las vías laterales ayudan a que fluya un poco el río de automóviles, pero al llegar a la conocida plaza todas las glorietas a la izquierda están cerradas y en obras, lo que hace que la fila de vehículos se extienda unos kilómetros hasta desahogarse en “El Ceviche”.
“La glorieta de la Sayil y la que va a la Nichupté llevan mucho tiempo cerradas, lo que ocasiona que los camiones que tomaban esas rutas tengan que irse hasta la Bonampak y luego regresar, lo que complica los horarios, pues si antes cruzar tomaba alrededor de 10 minutos, ahora, a las seis o siete de la noche se hace casi una hora”, apuntó Juan Francisco Sánchez, quien tiene que tomar la Ruta 44 para llegar a su casa.
Los trabajos en la Avenida Tulum comenzaron desde mediados de marzo, desde el distribuidor vial hacia Pioneros, y tiene un avance de alrededor de 300 metros diarios.
Se espera que las labores concluyan en pocas semanas, pues la situación ya comenzó a afectar la vida diaria de los cancunenses que laboran por esta transitada zona.
“Yo no sé ni por qué remodelaron la Tulum, creo que eso ni se necesitaba. No se inundaba y no había baches y hay por lo menos otras 100 avenidas en Cancún que sí necesitaban una remodelación completa. Pero acá fue para seguir con lo de la Colosio y aparentar que estaban trabajando, pero todo es un caos”, resaltó Julieta García, quien a diario espera el transporte en la plaza y que, gracias a los trabajos, tarda hasta una hora en llegar a su hogar.
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AA