El descenso del número de bañistas brindó un “respiro” a las áreas verdes y dunas de Playa Norte. El volumen bajó de más de 5 mil visitantes al día, en temporada alta, a menos de 3 mil en la actualidad, indicaron trabajadores del ramo turístico. Éstos buscan proteger y conservar estas estructuras y vegetales, que ayudan a contener la erosión cuando hay mal tiempo.
Explicaron que muchas plantas de ornato mueren cada temporada alta, porque los turistas no les prestan atención y las aplastan cuando son muy pequeñas, a pesar que las cercan y señalizan.
A pesar de eso, la mayoría de las personas las respetan y las cuidan mientras se divierten en la playa, reconocieron los trabajadores.
La época de mayor recuperación vegetal en Playa Norte y Playa Centro ocurrió durante la pandemia, cuando el sitio se cerró por seis meses. Ahora por la invasión de sombrillas y camastros en renta, los que optan por tenderse en la arena se tienen que acercar a las plantas, y a menudo las dañan de manera involuntaria, dijeron los trabajadores de limpieza.
“Nosotros hacemos lo que el patrón nos ordene, instalar las sombrillas para rentar, antes no había este negocio”, dijo uno de ellos en referencia a la zona Este de la desembocadura de la calle Carlos Lazo. Apenas el año pasado comenzó a masificarse el uso de las sombrillas.
Marea alta
Los empleados de negocios cercanos colocan cercos provisionales a arbustos, zacates y cocoteros, entre otras especies, que ayudan a frenar la erosión y protegen la ínsula de los fuertes vientos y mareas altas. Playa Norte está especialmente expuesta a estos fenómenos, por su ubicación.
La temporada de “Nortes” comenzó con la llegada del otoño, lo que combinado con la marea alta incrementa la erosión de playas, según el último caso, a finales de noviembre de 2022.
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AT