La Novena Región Naval no ha informado la causa de la demora en el retiro y desguace de más de media docena de embarcaciones medianas que están abandonadas en la bahía y en la laguna Makax, lo que provoca riesgo de accidentes debido al tránsito masivo de turismo, con más de 200 lanchas al día en el área.
Se ha mencionado que falta equipo para este propósito, por lo que la Capitanía de Puerto de Isla Mujeres señalizó adecuadamente el área para evitar accidentes.
El abandono de los barcos, debido a problemas como daños en los motores e incluso incendios, los convierte en obstáculos para la navegación segura, por lo que algunos prestadores de servicios náuticos consideran que debería retirarse como medida preventiva.
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En la cercanía de la Carbonera, hay varias embarcaciones pesqueras que se hundieron durante el Huracán Gilberto, en 1988, y aún hay restos que aparecen en la superficie del agua. Algunos prestadores de servicios llevan a visitantes a bucear en la zona.
Aunque no ha habido accidentes hasta el momento y los navegantes conocen la ubicación de los barcos abandonados, un descuido podría provocar una eventualidad que ponga en riesgo la vida humana y cause daños ambientales por derrames de hidrocarburos.
Se había hablado del retiro de estos navíos desde antes de la pandemia, pero hasta la fecha, no ha habido avances significativos.
Entre los navíos en abandono, hay restos de un yate que se incendió hace más de una década en la cercanía debido a una falla eléctrica, el cual fue señalizado posteriormente por la Capitanía de Puerto.
Último caso
Durante la actual Administración Federal, cualquier accidente que involucre daños o hundimientos de barcos se maneja conforme a la Ley de Navegación, responsabilizando directamente a los implicados.
El caso más reciente de accidente y desguace ocurrió el verano pasado, cuando un yate procedente de Estados Unidos, que se dirigía a Belice pero fue desviado de su ruta, tuvo problemas de navegación y encalló en la zona rocosa frente a la colonia La Guadalupana.
En menos de una semana, una empresa contratada por el propietario del navío, un chino que lo había adquirido recientemente en Florida con intención de viajar por el Caribe, procedió a su retiro.
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