La zona continental del municipio Isla Mujeres se ha mantenido al margen del desarrollo económico y social de la región, lo que se refleja en los bajos ingresos de la población, la precariedad en la que vive, y donde el principal problema es la falta de agua potable. Esto se debe a que la mayoría de los terrenos son irregulares y, al estar en el límite con Benito Juárez, ninguna de las autoridades de ambas demarcaciones ha atendido las demandas ciudadanas durante años.
Como PorEsto! ha documentado, la zona presenta muchas problemáticas, como la inseguridad, la falta de centros de salud, el precario transporte y la excesiva fauna callejera. Pero quizá una de las mayores dificultades sea la marginación en la que vive la población, principalmente por la falta de agua y calles pavimentadas, lo que ha llevado a los habitantes a sentirse olvidados por las autoridades. Incluso, los que viven en los límites con Benito Juárez no son atendidos ni en Cancún ni en Isla Mujeres, y ya no saben si “son de ahí o son de allá”.

Noticia Destacada
Habitantes de Isla Mujeres improvisan postes de luz para ahuyentar a la delincuencia
La colonia El Cedro está ubicada en la Región 243 de Benito Juárez, a 10 metros de los límites con la zona continental de Isla Mujeres. Tiene ocho manzanas y alberga a 80 familias.
Separada por una calle de terracería se encuentra la colonia San Martín Caballero, con gente que lleva más de 20 años residiendo en el lugar. Sus credenciales de elector indican que pertenecen al municipio Benito Juárez, pero hasta hace 10 años, no lo sabían.
No son de ahí, ni de allá
“Antes, nuestra credencial decía Isla Mujeres. No éramos ni de aquí ni de allá, porque las autoridades nos traían como pelota. Si solicitábamos apoyo allá (en Isla Mujeres), nos mandaban a Cancún o al revés; el caso es que nadie atendía nuestras problemáticas. Luego, con la redistritación, quedamos dentro de Benito Juárez, pero de nada sirvió. Seguimos ignorados por las autoridades. No tenemos agua porque dicen que somos irregulares, pero bien que nos cobran el impuesto predial”, señaló Cándido.
En la avenida Gastón Alegre, la principal, hay un letrero que indica el inicio del municipio, pero la situación es igual. Sólo esta vía está pavimentada.
El agua potable es inexistente, por lo que deben extraerla de pozos, aunque está contaminada. Para atender parcialmente esta grave problemática, las autoridades de Isla Mujeres llevan el líquido en pipas, de lunes a viernes, a 39 colonias de la zona, entre las ocho de la mañana y las cuatro de la tarde, lo que no es suficiente para satisfacer la demanda de los más de 10 mil habitantes, quienes aseguran que se les da prioridad a los de la isla y no a ellos.
El ejido de Isla Mujeres comienza en la colonia San Alfredo, desde la avenida Gastón Alegre hasta la zona de El Ramal. Muchas personas que viven en los límites aún se confunden porque no cuentan con su credencial de elector, es de otro municipio o estado. Por ello, acuden al Centro Comunitario para solicitar apoyo de las representaciones que allí se encuentran, como el DIF o Atención a la Mujer, aunque pertenezcan a Benito Juárez.
“Con este límite, que podría llamarse invisible, creo que los problemas son los mismos en esta zona fronteriza. Yo, como taxista, trabajo en ambos lados. No hay pavimentación, no hay agua, no hay drenaje, no hay vigilancia policiaca”, comentó Norberto Collí, quien lleva 34 años viviendo en Quintana Roo.
Señaló que cerca de Bachilleres, a unas cuadras del Sindicato de Taxistas “Lázaro Cárdenas del Río”, los “borrachitos se orinan frente a las estudiantes, y no pasa la policía o, si pasa, no hace nada”.
Norberto comentó que lo más grave es que no hay agua. “Se tiene que sacar del subsuelo y es amarillenta y huele mal. Considero que las autoridades no atienden de la misma forma los problemas de la isla que los del ejido. Aquí nos tienen abandonados literalmente. Sólo se asoman los políticos cuando hay campañas, ahí sí nos toman en cuenta”.
Con esa redistritación realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Instituto Nacional Electoral (INE), se delimitó la división.
Según el censo poblacional más reciente, en el 2020 la zona continental tenía 3 mil 714 habitantes, y en 2025 el padrón supera los 9 mil, en edad de votar, sin contar a los menores o quienes tienen credencial de otro lugar. La dinámica de crecimiento es mucho mayor que en otros lugares, y, sin duda, la desigualdad social también lo es.
Además, los habitantes aseguraron que la mayoría de la población trabaja en Cancún, en el sector hotelero o como obreros, ya que en el ejido hay poco qué hacer, salvo los pequeños comercios que se encuentran a lo largo de la avenida principal y otros más adentro, en las colonias olvidadas por las autoridades.
“Acá no hay nada, absolutamente nada. Sólo los puestos de comida, frutas, las tienditas y nada más. Algunos se dedican a la albañilería, pero son construcciones pequeñas. No hay forma de tener un trabajo formal. Hay que salir a Cancún para buscarlo. Por eso casi no se ve gente de día, todos andan fuera”, dijo Juan Chablé.
Venta de lotes
Siguiendo por la carretera a Rancho Viejo, pero de la zona continental, hasta el fondo, por el camino que lleva al antiguo basurero, hay colonias perdidas, como La Florida, aunque los pocos habitantes que allí residen la llaman “La Abandonada”, por razones evidentes.
Sólo hay un camino de terracería por el que con dificultad entra un vehículo compacto. A lo largo de kilómetros no se ve más que tierra. Hay una pequeña tienda, que es como un “oasis en el desierto”, donde se detuvieron dos hidalguenses que cargaban ollas, jarros y otros utensilios de barro artesanales para vender, y quienes recorren diferentes colonias de la zona, bajo el rayo del sol.
En ese lugar, a un costado del rancho “La Fortuna”, se encuentra el paradero de tres camiones de la empresa Isleños, con ruta hasta el tablero de Isla Mujeres, generalmente transportando a los niños hacia las escuelas, porque no hay otra forma de hacerlo, si sus padres no tienen auto.
Hay muchos lotes en venta, y es que ese es otro fenómeno que ha ocurrido en el ejido: la comercialización desmedida y sin control de tierras para asentamientos humanos.
En esa zona hay cientos de lotes en venta, desde los 200 mil pesos, de 8x20 metros, hasta terrenos de cinco hectáreas. Hay energía eléctrica, pero no agua. Algunos habitantes tienen bomba, aunque afirman que no sirve porque sale amarillenta. Los encargados de rancherías próximas aseguran que hay bastante gente que compró un lote y poco a poco está construyendo su casa.
Cerca de la zona estaba el antiguo basurero, el cual generó una grave contaminación al sistema lagunar Chacmochuch, con el escurrimiento de lixiviados, afectando el acuífero y la disponibilidad de agua para consumo humano.
En todo el ejido se pusieron en venta cientos de hectáreas de asentamientos irregulares. Los dueños fraccionaron los predios y los vendieron, pero sin drenaje y, por supuesto, sin agua. Incluso, hay colonias, como La Loma o Privanza, donde las viviendas se quedaron a medias, en obra negra o con un pie de casa, por falta de recursos o de certeza jurídica de los terrenos, por lo que la gente se mudó a otro lugar.
“Pues dicen que sí te dan papeles y todo, pero nunca mencionan que no hay servicios y que probablemente nunca los habrá. Nosotras ya tenemos muchos años por acá, terminamos de pagar, y ahora tenemos que ir al Registro Público de la Propiedad. Esperemos que no haya sorpresas, porque nos hemos enterado de que luego te dicen que ese terreno ya tiene dueño. Aquí, mucha gente dejó sus construcciones a medias, pero creemos que fue porque tuvieron problemas económicos. Pero el tema de la certeza jurídica sí nos preocupa”, coincidieron las vecinas María Fátima, Mary y Aurora.
La parte insular de Isla Mujeres va de Punta Sam a Isla Blanca, y la zona continental, que ocupa el grueso del área municipal.
La ínsula fue descubierta por los españoles en 1517, durante una expedición. El 4 de marzo cumplió 508 años. Estaba consagrada a Ixchel, diosa maya de la Luna, la cual recibía ofrendas con formas femeninas. Al llegar los conquistadores y observar las figuras, la bautizaron como Isla Mujeres.