Esta especie de medusa pertenece a la familia Stomolophidae, pero su nombre común es bola de cañón, cabeza de col o medusa bala, porque hace referencia a la similitud de su umbrela en forma y tamaño. Como el resto de las especies que habitan nuestros mares, las bolas de cañón son depredadores que cazan y se alimentan de peces marinos, especialmente las corvinas. Su principal amenaza bajo el mar son las tortugas laúd, quienes necesitan de las medusas para sobrevivir.
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El color de la bola de cañón va a variar según la subespecie. En algunos casos puedes encontrar especímenes con un color azulado muy llamativo, pero por otro lado también encontrarás algunos con una coloración marrón e incluso blanca pero con la zona inferior de marrón.
Las medusas bola de cañón son capturadas principalmente, para comercializarse en el continente asiático (China, Japón y Tailandia) donde se utilizan para la gastronomía.
Se conocen alrededor de cuatro mil especies de medusas, pero de estas se han identificado solo poco más de veinte como apropiadas para el consumo humano. Esto se debe a que por su morfología, sus cuerpos son más grandes, rígidos y redondos que las otras especies, además de ser inocuas y, por lo tanto, no venenosas.
En México su explotación inició en la última década; no obstante, su explotación comercial se ha realizado en los últimos cinco años. Su captura ha destacado principalmente en los estados de Sonora, Sinaloa, Baja California, Tabasco y Oaxaca, pero también se le ha visto por playas de Quintana Roo principalmente en Isla Mujeres.
Sí, la aguamala también se come
En distintos países del continente asiático, como China, Japón, Corea del Sur, Tailandia, etcétera, la medusa “bola de cañón” se consume en sopas y en sashimi (platillo crudo salseado). Para ello, el aguamala se procesa previamente con sal de mar, sal de aluminio, peróxidos e, incluso, cloro, ya que el mercado asiático procura una medusa cuya coloración sea blanca y que tenga una textura crujiente.
No obstante, esta medusa es un producto bajo en calorías, ya que por cada 100 gramos se aportan menos de 30 kilocalorías.
Una de las proteínas presentes en mayor cantidad en la “bola de cañón” es el colágeno, compuesto que tiene un valor farmacológico y terapéutico muy alto que podría ser utilizado en el tratamiento contra la artritis. A pesar de que en la cultura asiática existe la creencia de que el consumo de aguamala es benéfica para combatir este padecimiento, se requieren suficientes evidencias científicas que lo demuestren.
El consumo de la aguamala en Asia es debido a una práctica cultural y religiosa milenaria, por lo que su comercialización continuará por muchos años.
El Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), a través del grupo de investigación del Laboratorio de Bioquímica y Calidad de Productos Pesqueros, al cual pertenece la doctora García Sifuentes, tiene proyectos en puerta para aportar al aprovechamiento integral de la especie “bola de cañón”, mediante el análisis de formas en que pudiera ser utilizada en México para distintos fines comerciales diferentes a su ingesta.
Además, se pretende estudiar el impacto ambiental que tiene el procesamiento de secado y salado de esta medusa, debido a que pudieran encontrarse alternativas más ecológicas a los productos químicos que actualmente son utilizados.
JCL